El pasado viernes 4 de abril, el comunero Alexander Méndez fue condenado a 16 años de cárcel durante una audiencia en la que se le imputaron los cargos intento de homicidio y  porte ilegal explosivos.

Como es de conocimiento de las comunidades, los agentes del ESMAD hacen constante grabaciones de video sobre las actividades de las comunidades concentradas en las acciones de liberación de la Madre Tierra. Así fue que una de estas grabaciones fue prueba suficiente para capturar a Alexander Méndez en el Hospital Universitario del Valle, cuando era atendido por la grave herida en su mano. En la grabación se puede ver cuando al comunero cuando intenta lanzar un artefacto explosivo y éste se le estalla en la mano.

El Tejido de Comunicación habló con la consejera Luz Eyda Julicue, quien comenta que “Es una situación bastante difícil a causa de las acciones en las que venimos participando. Por el ejercicio de control territorial y de la defensa de los derechos de las comunidades indígenas, el ejercicio de defender el derecho a tener la tierra en las que venimos participando; hay compañeros a quienes se les ha judicializado. Las acciones de control territorial en las acciones de liberación de la madre tierra”.  Manifiesta también que hay “expectativa por poder dar solución a esta situación y se busca prevenir y controlar estos casos desde el ejercicio del derecho propio, del Tejido de Justicia y Armonía y el Tejido de Defensa de la Vida.”

En el caso reciente del comunero Alexander Méndez, manifiesta que es una situación bastante preocupante “porque fue judicializado, desafortunadamente, de manera muy rápida en una audiencia de imputación de cargos, en la cual lo condenaron a 16 años de cárcel. Frente a esto desde el Tejido de Defensa de la Vida realizará el acompañamiento por medio de una abogada  que estará al tanto de su proceso.”

Existe la preocupación en la comunidad de Huellas que pidió que se hiciera lo posible por exigir que el caso se asumiera desde la justicia propia. “En la audiencia que se realizó el viernes (14 de abril en la ciudad de Cali), se presentó esta solicitud pero la Juez encargada no permitió que el caso de Alexander Méndez se entregara a las autoridades indígenas. Pero teniendo en cuenta que se puede realizar la apelación se hará todo lo posible para que el compañero sea entregado a las autoridades de Huellas” explicó la consejera.

De los comuneros heridos que han resultado de las acciones de liberación de la Madre Tierra, hay muchos heridos que están hospitalizados y a los cuales se les ha abierto proceso de judicialización. Frente a esta situación la consejera Luz Eida indica que “se está haciendo el acompañamiento a estas personas por parte del Tejido de Justicia y Armonía y estamos por firmar un convenio con abogados de la justicia ordinaria como el Colectivo de Abogados (CAJAR) para fortalecer ese acompañamiento”.

Preocupa y llama la atención comparar la manera tan rápida con la que fue realizada la judicialización y condena del comunero indígena, en menos de cinco días, frente a la lentitud e indiferencia con la que marcha el caso de Siberston Guillermo Paví, asesinado por 3 impactos de bala por miembros del Esmad, el pasado 10 de abril, en la hacienda La Emperatriz.

Igualmente, el gobierno y los medios de comunicación oficiales dieron gran despliegue al asesinato de los 11 soldados a manos de las farc en la vereda La Esperanza, en Suarez; pero poco y nada se dijo del asesinato de 5 personas indígenas, al día siguiente en la vereda Agua Bonita en el resguardo de Cerro Tijeras, sitio cercano al atentado contra el ejército.
Pero hay más, luego de las 5 personas asesinadas en Suarez, fueron asesinadas otras dos, igualmente en extrañas situaciones. En el mes de febrero se encontraron dos comuneros de Tóez muertos en un cañaduzal, en Guachené. Y el pasado sábado 2 de mayo se encontraron los cuerpos de dos comuneros de Tacueyó, los cuales habían desaparecido hacía una semana. Pero estos hechos no alcanzaron los grandes titulares de los medios oficiales, ni pusieron en riesgo la continuación de los diálogos de paz en La Habana, como sí lo logró el ‘secuestro’ del general Alzate y el asesinato de los 11 soldados en Suarez. Por supuesto, estos son hechos repudiables, pero esta desigualdad deja ver que para el gobierno -y para un gran sector de la sociedad colombiana-  unos muertos valen más que otros.

 Mientras tanto, las judicializaciones contra miembros de la comunidad siguen y toman fuerza, así como los ataques del Esmad que abusa de la fuerza y de su uniforme sin necesidad de que se preocupen por ser juzgados por sus actos. Porque la brutalidad del abuso de la fuerza y las armas junto a la persecución y las judicializaciones son las herramientas del gobierno para amedrentar las acciones de las comunidades. Es su manera de hacer presencia en el territorio.

Tejido de Comunicación Pueblo Nasa -Acin