Con su lucha la población de Islay nos muestra que la política correcta frente a la criminal agresión del gran capital transnacional y sus sirvientes, es la acción colectiva organizada.

El mundo está gobernado por las grandes empresas transnacionales, cuyo único objetivo es satisfacer su voracidad de ganancia. Para cumplir ese objetivo, atacan, cada día más, a la naturaleza y a la humanidad. Usa multiplicidad de sirvientes: Gobiernos, mayorías parlamentarias, ejércitos, policías, tribunales, grandes medios de comunicación.

Para defenderse de ese feroz ataque, la humanidad se organiza, en diversas partes del mundo ejerciendo la defensa. de la vida, lo que también significa el inicio de la sustitución de la sociedad gobernada por el gran capital a la sociedad gobernada por sí misma.

Vemos a las comunidades zapatistas en México como una gran muestra de esa construcción de otro mundo.
Como parte del engaño del régimen del gran capital, de cuando en cuando, para distraer a la población, realizan elecciones llamadas “democráticas”, pero muy bien controladas por los dueños del mundo, que garantiza que los gobiernos no salgan de su control.

A veces, como producto de la lucha social organizada, llegan al poder gobiernos llamados “progresistas”, que patalean un poco, pero en lo fundamental continúan bajo la égida del gran capital, como en Bolivia, Ecuador y Venezuela.
Los amos pueden permitir que lleguen minorías parlamentarias o autoridades municipales rebeldes al sistema, pero jamás van a permitir que lleguen al gobierno ni a la mayoría parlamentaria.

Hay compañeros que creyendo o haciéndose los crédulos, muestran como tarea principal de la izquierda la participación en elecciones.

Hay quienes inclusive pretenden mezclarse con masacradores como Yehude Simon, mostrando esto como “la gran tarea de la izquierda.”.

Discrepamos completamente de esa visión. Ya sea tomada por inocencia o por conveniencias personales.
Debido a los diversos ataques, cada vez mayores, del gran capital a la naturaleza, está en camino la pronta extinción de la especie humana, la única forma de evitarla es la sustitución del gobierno actual del gran capital, por el gobierno de la humanidad por ella mismas democráticamente organizada  El camino hacia eso lo vemos en acciones como las de Islay.
Los “izquierdistas”, que luchamos contra el gobierno del gran capital, debemos aprender de esos combatientes sobre cómo defender el agua y la vida, lo que a la vez es ir sentando las bases para la sustitución de los gobiernos de las empresas transnacionales por el autogobierno de la sociedad humana organizada., lo que garantizará la supervivencia de la humanidad.

 

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