Memoria Y Camino del Tejido de Comunicación

VIDEOFOROS ORGANIZADOS POR EL TEJIDO DE COMUNICACIÓN PROPICIAN EL DEBATE A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE CONSTRUCCION DE AUTONOMIA DE COMUNIDADES ZAPATISTAS.  

Como de costumbre y en su esfuerzo por acompañar a sus bases, el Tejido de Comunicación sigue visitando a las comunidades de Caloto y Corinto quienes lideran la Liberación de la Madre Tierra. Ejercicio comunicativo que promueven a través de videoforos que vienen realizando desde varios años atrás y ahora en el marco de la Minga Artística por el Wet Wet Fxizenxi. En esta práctica de comunicación las y los tejedores motivan ejercicios de discusión y reflexión colectiva dinamizados por documentales que reflejan las resistencias y las autonomías que existen en el continente. En esta ocasión también con el acompañamiento de Pueblos en Camino, han hecho énfasis en documentales que muestran la construcción de la autonomía de las comunidades zapatistas en el sureste mexicano. 

 

 

Por medio de éstos materiales visuales los participantes analizaron el proceso organizativo en el norte del Cauca y evaluaron algunos de los aspectos centrales del fortalecimiento histórico del movimiento indígena en Colombia: la lucha por la tierra, la autonomía a través de formas organizativas construidas desde  las comunidades y las propuestas alternativas de país basadas en la solidaridad entre los pueblos contra el Plan de Muerte, derroteros que siguen siendo el horizonte de las jornadas de Liberación de la Madre Tierra a pesar de las contradicciones y retos que debe enfrentar el movimiento indígena en la actual coyuntura. 

 

A pesar del evidente agotamiento producto de las largas jornadas de trabajo en minga para arrebatarle al monocultivo cañero las hectáreas necesarias para cultivar, simultáneamente, plátano, maíz y fríjol, los comuneros y comuneras de los resguardos de Corinto y Caloto participan de los videoforos organizados por el Tejido de Comunicación. En los espacios de encuentro colectivo construidos para ese fin dentro de los resguardos o bajo la guadua, instalada para ofrecer sombra a quienes participan en la Liberación de la Madre Tierra, se reúnen hombres, mujeres y niños para verse en el espejo de la lucha zapatista, algunos ya conocen la experiencia, para otros resulta ser la oportunidad de encontrarse por primera vez en la resistencia de otras geografías para ir dimensionando la importancia de las luchas indígenas, aquí y allá, contra el capitalismo y sus gobiernos.

 

 

Al ritmo de los documentales y, más tarde, durante el ejercicio de reflexión colectiva los puentes se fueron tendiendo para crear un lenguaje común: la dignidad, convertida por los zapatistas en un concepto ético y político en movimiento, se aproxima al Wet Wet Fxizenxi, sueño de vida de los pueblos nasa para seguir buscanso la armonía y el equilibrio en  sus territorios; el plan de muerte ha sido también nombrado en los territorios en resistencia del sureste mexicano, allí el mal gobierno convierte a las fuerzas militares y de policía en tropas de ocupación, sembrando una estela de muerte entre las comunidades indígenas a través grupos paramilitares: las imágenes de la masacre de Acteal -cometida en 1997 por paramilitares contra las organización indígena del sureste mexicano Las Abejas- revelan la coherencia estratégica de la guerra declarada contra nuestros pueblos y operada, aquí y allá, por mercenarios protegidos por las mafias políticas que instrumentan los intereses del gran capital, en la memoria de los participantes aparece el horror de la masacre de El Nilo, de Gualanday, del Naya y de tantas otras agresiones en contra del movimiento indígena del norte del Cauca.    

 

Pero aparece también la esperanza y la resistencia, comenta un comunero que “la vida de las comunidades se debe a la lucha, porque si el trabajo que hizo el padre Álvaro Ulcué Chocué no se hubiera hecho ahora tal vez ni estaríamos aquí”, la existencia misma de la comunidades indígenas, aquí y allá, es un manifiesto de su resistencia al desprecio racista, al despojo territorial, al cerco militar que aún mantiene bajo asedio a los municipios autónomos rebeldes de las comunidades zapatistas y que hoy mantiene al norte del Cauca como una zona, dice el poder, de importancia geoestratégica, por los corredores de hoja de coca, los monocultivos y las fuentes hídricas, abundantes en esta zona del macizo colombiano.         

 

A la idea de lo propio, de la recuperación de los saberes ancestrales para construir autonomías desde el territorio, se va sumando la pregunta por el tejido con otros pueblos en resistencia: hermanados por los dolores comunes va siendo evidente que no podemos solos, la voz baja pero firme de un comunero cuyos brazos se mantienen fuertes a pesar del largo camino de sus años invita a campesinos y corteros, a afrodescendientes e indígenas a sumarse a las jornadas de Liberación, como cuando el país entero se estremeció, no por las bombas de la seguridad democrática, sino al ritmo de la vida y la unidad que propuso el Congreso Indígena y Popular desde el 2004 o la Minga de Resistencia Social y Comunitaria en el 2008, a no dejarse de las estrategias de cooptación que siembran la división entre quienes viven de la tierra y se preparan para ella, a resistir el terror de la guerra que asoma su olor al otro lado del cañaduzal, donde los policías antimotines esperan la orden de atacar mientras los medios masivos de comunicación preparan a la opinión pública para aprender a odiar al indígena.      

 

 

 

 

Pero los espejos también sirven para revelar contradicciones: los indígenas nasa que participan del videoforo escuchan con atención la palabra de las Juntas de Buen Gobierno que trabajan en los cinco Caracoles zapatistas, circula en el ambiente la idea de mandar obedeciendo para que las comunidades decidan el rumbo y los ritmos de su camino mientras el gobierno indígena autónomo administra los asuntos colectivos sin más jefes que las propias Bases de Apoyo, la autonomía del mandar obedeciendo es el autogobierno en resistencia, en medio del cerco militar y la agresión paramilitar las comunidades zapatistas son un poderoso detonante real que insiste en construir alternativas para toda la nación. 

 

La brecha queda abierta, los participantes se inquietan frente a las tareas de la autonomía, que no se construye sin tierra, que no se reduce a la toma decisiones porque demanda bases económicas con formas de producción y comercio propias, que demanda, dicen los comuneros, que las autoridades indígenas impulsen el proceso político-organizativo más allá de los asuntos técnico-administrativos que imponen las leyes de trasferencias, de las ONG´s y de las instituciones del Estado que contaminan de asistencialismo a las comunidades. Es necesario que las autoridades indígenas, demandan los comuneros, respeten, apoyen y participen de forma decidida en las iniciativas de las comunidades en las formas de movilización que han convertido al movimiento indígena en uno de los motores de la lucha social en el país, ejercicio que debe ser adecuadamente acompañado por los medios alternativos de comunicación, uno de los ejes organizativos más importantes del movimiento social.  

 

 

AUDIOS DE L@S PARTICIPANTES DEL VIDEOFORO

 

 

La autonomía, en el espejo del diálogo indirecto entre zapatistas y nasas, muestra sus perfiles como auto-organización colectiva de la vida en común, en medio de la Liberación de la Madre Tierra lo irreconciliable se muestra, la lucha contra el Plan de Muerte es un principio irrenunciable, la autonomía se construye así el Estado no de permiso cuando y de la manera que las comunidades lo decidan así no tengan registro electoral.  

 

Tejido de Comunicación – ACIN