Foto: tomada de la página en fasebook Cabildo Indígena Toribio.

 

Del 4 al 5 de noviembre de 2015, en la institución educativa de la vereda Sesteadero, la comunidad Nasa del resguardo indígena de Toribío, se dio cita para conmemorar la muerte de los dos guardias indígenas, asesinados el 5 de noviembre del 2014, por guerrilleros de las FARC, cuando ejercían control territorial.

 

Un año después, delegaciones de guardias indígenas, entre niños, niñas, jóvenes, adultos y mayores; una delegación de la ONU, de las autoridades indígenas de los tres resguardos que conforman el plan de vida Proyecto Nasa, del  Tejido Defensa de la Vida y representación de la consejería ACIN,  fueron llegando al sitio de encuentro para hacer memoria y gritar con fuerza las consignas de la guardia.

Hacerle memoria a los compañeros fue mostrar las ganas de vivir en armonía, fue hacerle minga a aquel sueño que a ratos se nos nota esquivo, pero que día a día se trabaja para conseguirlo. Qué mejor homenaje para ellos, que ver a las mayoras cocinando y repartiendo el mote, mientras otras les hacían homenaje desde los Tejidos.

Niños entre 5 y 13 años, con los bastones en alto, unían sus voces al son de “guardia, guardia, fuerza, fuerza… por mi raza, por mi tierra” del himno de la Guardia Indígena. Semillas de vida, sembradas por nuestros Kiwe Tegnas que ya empezaron a dar sus primeros frutos y que nos hacían la invitación a caminar el territorio en defensa de la vida.

Familiares, amigos y la comunidad en general, persiguiendo el sueño de una tierra libre, donde todas y todos somos guardianes de la madre tierra, dispuestos a entregar la vida en defensa de la vida misma.

En esta conmemoración vimos a un pueblo al que le duele el territorio, un pueblo al que le duele su gente, pero que continua resistiendo con los bastones y la dignidad bien en alto, dispuestos a seguir defendiendo el territorio de quienes quieren venderlo, de quienes con diferentes estrategias quieren fragmentar la unidad que se ha venido tejiendo desde nuestros ancestros.

Muertes como la de Daniel Coicué y Manuel Tumiñá, no debilitan, ni atemorizan a la comunidad, por el contrario, la indignación por su asesinato nos dan la fuerza para continuar luchando, para continuar defendiendo y  liberando la Madre Tierra porque la semilla es abonada y como decimos los Nasa ‘’nos matan un líder y la lucha continua, hasta que se apague el sol’’
La lucha de nuestro pueblo no es una lucha con armas, simplemente porque no somos iguales a los actores armados, los mismos que hoy están negociando la paz de unos cuantos ricos a nombre de la comunidad de base.

Nuestra lucha es con la chonta, con la palabra hecha acción y la acción hecha palabra, dentro del espíritu de la comunidad, tal como nos lo enseñó el Nasa Pal Álvaro Ulcué y que nos recuerda que la mejor forma de seguir esta huella, es empuñando un bastón, siendo coherentes en la defensa nuestra madre tierra.

 

AUDIO CONMEMORACIÓN DE DANIEL COICUÉ Y MANUEL TUMIÑA

 

Conmemoración primer aniversario del magnicidio de los kiwe thegnas “guardia indígena”

 

 

Tejido de Conmemoración