En un área ecológicamente rica conocida como el “Esequibo venezolano”, en el Estado de Bolívar, cerca de la frontera con Guyana, el gobierno del presidente Nicolás Maduro acaba de otorgar una concesión a una industria minera canadiense. La Gold Reserve fue autorizada a extraer oro, así como a dos empresas chinas y una congoleña, despertando el alerta de los ambientalistas venezolanos.

Según el gobierno, a pesar de tratarse de una explotación a cielo abierto, el área será supervisada, para que no haya contaminación, y se trataría de alcanzar el llamado “ecosocialismo”. Será constituida una empresa de capital mixto para la explotación del área, con el 45% de participación de la Gold Reserve y el 55% del gobierno venezolano, siguiendo la legislación local. Se espera una inversión de 2 mil millones de dólares en la nueva empresa. Fue concertado también un préstamo por este mismo valor al gobierno revolucionario de Venezuela.
 
La empresa canadiense tenía una contienda con el gobierno venezolano, que había revocado la concesión aurífera de la empresa en la región. El anuncio ocurrió después de una negociación, que puso fin a la contienda entre el gobierno y la empresa.
 
 
“No se otorgarán permisos ambientales para la explotación de minas a cielo abierto pues esto causa degradación ambiental”
 
 
La declaración anterior fue dada por Ana Elisa Osorio, cuando era ministra de Medio Ambiente de Venezuela, explicando las razones para la revocación del permiso ambiental de la empresa Gold Reserve. “Esos permisos no son negociables, pues afectan al medio ambiente y a las comunidades que viven allá”, informó la entonces ministra.
 
 
En otras palabras, para la explotación a cielo abierto, la empresa utilizará un proceso convencional, que implica remover la cobertura vegetal de la región, lo que ocasiona, a su vez, cráteres de grandes extensiones. Existe además el riesgo de contaminación de las aguas, a través de la aplicación de cianuro, una sustancia tóxica que permite retirar el oro del material revuelto.
 
 
El proceso es tan agresivo socioambientalmente que esta modalidad está prohibida en varios países del mundo, entre ellos el propio Canadá, de donde proviene la Gold Reserve.
 
 
Con informaciones de la Fundación Azul Ambientalistas