Invitado por las mujeres de la vereda de Santa Helena, a través de su coordinadora, el Tejido de comunicación llegó a presentar el documental “Y siguen llegando por el Oro”, recién realizado. Fue la ocasión para hablar con los comuneros y comuneras de los problemas que viven día a día en la vereda y que poco se visibilizan. Porque, mirando lo pequeño llegamos al grande, y así escuchando lo que ocurre en el territorio lo podemos relacionar…

 
Porque, mirando lo pequeño llegamos al grande, y así escuchando lo que ocurre en el territorio lo podemos relacionar con lo que se está dando al nivel estructural y las apuestas en juego al nivel nacional e internacional. Pues lo que nos sucede en el cotidiano son consecuencias de modelos y estrategias más grandes.
 
Así empezamos el día, hablando de la vereda y del territorio. Y resulta que la comunidad si quiere y necesita expresarse y denunciar lo que vive. Empiezan contándonos que la alcaldía de Corinto  compró un predio donde quedan los nacimientos de agua de toda la comunidad. La preocupación es grande, pues no se sabe lo que se va a hacer con estas fuentes, y se teme que se cobre el agua. También, por la presencia de batallones de alta montaña en la vereda de Los Alpes, se está contaminando los arroyos y ríos que bajan hasta las demás veredas y alimentan a las comunidades. ¿Qué está pasando con este precioso líquido? ¿Con esas fuentes vitales? ¿No es que los Nasas son hijos del agua? 
 
Con los comuneros y comuneras analizamos cuáles son las estrategias de negocio que se están desarrollando en el territorio: se compran las tierras, se vende el agua, para poder convertir estos bienes comunes en negocio, cuando nos pertenecen a todos y todas.  Si compran el predio donde quedan las fuentes, de pronto es para concesionar el territorio y que las empresas vengan a embotellar el agua y vendérnosla, cuando antes solo necesitábamos arrodillarnos, meter la mano en el arroyo y saborear el líquido esencial a nuestra vida. Si los ríos hacen parte de nuestro territorio, de la misma Madre Tierra de la cual nosotros también hacemos parte, ¿por qué pagar por el agua, por qué pagar para beber, para cocinar, para bañarse, por qué pagar para vivir? El agua nos pertenece colectivamente y tampoco podemos dejar que la ensucien. Debemos protegerla de cualquier agente que quiera ocupar el territorio de estas fuentes, sean agentes internos y externos.
 
Lo mismo está pasando con la minería y las empresas transnacionales que se aprovechan de los territorios para sacar las riquezas naturales y enriquecerse haciendo daño a la Madre Tierra y explotando a los Pueblos. Colombia está vendida en concesión por el gobierno al servicio de un modelo de despojo que le sirve al Gran capital. Es una estrategia del sistema capitalista.
 
Y también es estrategia suya el conflicto armado, el terror y la guerra que se está viviendo en el territorio. Por ejemplo, en Corinto se impusieron batallones de alta montaña, como en todo el territorio del Norte del Cauca, lo que tiene como consecuencias  el incremento de los combates, de las violaciones de derechos humanos, de las cuales podemos resaltar a las violaciones de mujeres y niñas por parte de militares, la imposición del control social y el daño ambiental que están provocando. Sin embargo lo mismo se vive también por parte de la guerrilla y de los paramilitares. Pues, no importa de donde venga, la guerra es una estrategia de despojo que les sirve a unos pocos que son siempre los mismos: los dueños del planeta que sacan provecho económico y político del terror, del desplazamiento y del saqueo en los territorios.
 
No podemos analizar los hechos uno por uno, porque son todos relacionados y consecuencia de un mismo modelo. Eso lo tenemos que tener claro para poder reflexionar, decidir y actuar. Este trabajo con la comunidad, de intercambio y de análisis, es fundamental para resistir y pensar nuevas formas de afrentar este sistema que nos mata, porque el cambio pasa por la gente, por las comunidades, por los niños y los padres y no por discursos en el aire, sin acciones.
 
Tejido de Comunicación – ACIN