Yolanda Becerra, de la Organización Femenina Popular, abrió el encuentro con las siguientes palabras “que se callen las armas, para que hable la mujer”. En esta intervención las personas participantes aplaudieron y gritaron consignas referentes a los movimientos sociales “queremos chicha, queremos maíz, multinacionales fuera del país”.

 

 

 

Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización

Barrancabermeja

Este 21 de agosto del 2010, se dio inicio al Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la militarización, en Barrancabermeja, Magdalena Medio, con una participación de 2500 personas entre ellas la mayoría mujeres. Las delegaciones participantes son: el CRIC, ACIN, Organización Femenina Popular, Mujeres de Negro de España, Federación Campesina de Nariño, Resguardo indígena Eperara siapidaara, Proceso de Comunidades Negras, Convergencia de los Pueblos y Movimientos de las Américas, Movimiento Social de Mujeres Contra la Guerra y la Paz, Marcha Mundial de la Paz, entre otras organizaciones.

Yolanda Becerra, de la Organización Femenina Popular, abrió el encuentro con las siguientes palabras “que se callen las armas, para que hable la mujer”. En esta intervención las personas participantes aplaudieron y gritaron consignas referentes a los movimientos sociales “queremos chicha, queremos maíz, multinacionales fuera del país”.

La investigadora de la Base Militar de Palanqueros, Laura Gil, parte de su intervención resalto que “En La Dorada Caldas el reclutamiento de jovencitas para formar prostíbulos, prepagos por catálogos y vía internet es una problemática que se vive a diario”.

Ana Manuela Ochoa, de la ONIC, cuenta la gran preocupación que hay sobre la extinción de los Pueblos Indígenas e invita a luchar por la pervivencia por la dignidad de todas y todos.

Mari Cruz Rentería, de las Comunidades Negras, mencionó estas palabras “resistir no es aguantar, se deben hacer lazos de hermandad para posicionarse frente a la lucha y conquista del territorio.”

Piedad Córdoba, propuso que “la mejor manera de salir de la guerra es el diálogo porque la guerra sea ha hecho para quedarse con las riquezas y las regalías por parte de las multinacionales.”

Estas fueron algunas de las palabras de las representaciones de mujeres, la gente no dejó de aplaudir y gritar “las mujeres no parimos hijos para la guerra si no para la pervivencia”.

Después de un almuerzo comunitario la gente continuó con el trabajo por mesas.

Se conformaron 15 grupos, integrados por diferentes delegaciones donde trabajaron tres preguntas amplias:

¿Qué experiencias de resistencia es importante resaltar, conocer y compartir?
¿Qué otras violaciones de los Derechos Humanos sufren las mujeres en sus territorios?
¿Qué acciones se pueden hacer frente a estas problemáticas?

Las comisiones de trabajo se conformaron con grandes grupos de personas y entre estas se discutieron las violaciones que sufrimos a diario las mujeres:

La explotación de las mujeres por parte de sus parejas conyugales, los esfuerzos que hace la mujer a diario y que no es reconocida por la sociedad, también la mujer ha perdido su cosmovisión y su cultura, al final se hace una pequeña síntesis en la comisión seis.

Sensibilizar a la familia sobre el respeto a los derechos de la mujer como madre educadora y guía de sus hijos.

Tener derecho a la tierra porque en las comunidades indígenas la tierra va ligada a la mujer y trabajar por la soberanía alimentaria.

Que la economía propia de la mujer sea valorada por todos para que haya igualdad de derechos laborales.

La mujer tiene derecho a la sana recreación porque siempre está haciendo oficios domésticos y está dedicada al hogar, necesita espacios para ella y que se dedique tiempo.

Trabajar, capacitar, orientar y hacer círculos de solidaridad con las mujeres que se encuentran en conflicto.

El trabajo en comisiones se terminó a las 6 pm y se procedió a seguir con la marcha de la luz.

En horas de la noche la marcha de la luz, salió del Antiguo Comisariato, en la marcha de la luz, de la resistencia de la memoria y la soberanía. Las delegaciones de las diferentes organizaciones, llevaron flores, velas, pasacalles y música. También la gente caminó con dos piedras en las manos,  en las cuales  iban escritos los nombres de las personas víctimas de esta guerra.

Durante todo el recorrido intervinieron dos grupos musicales: uno de la universidad industrial de Santander y el otro del grupo juvenil del  norte del Cauca, también gritaron consignas entre estas “No a las multinacionales, si a la educación y a los hospitales’’ y “No nos da la gana ser una colonia Norte americana, si nos da la gana  ser una Colombia libre y soberana’’.

El recorrido finalizó en el parque de La Vida, sitio donde se concentraron para escuchar las intervenciones de las lideresas como fueron: Marisa Revilla, representante de la región de las Américas expresó “Somos la voz de las compañeras que dicen no a la militarización y si a la paz”. Luego siguió la intervención de la representante del CRIC y después continuó Irene del sur de Bolívar, representante de la asociación campesina.

Para finalizar esta marcha de la luz, se procedió a sembrar las piedras para hacer un monumento simbólico, que representa  a todas las mujeres y hombres caídos en el conflicto armado. Colocaron  sobre ellas  las flores y las velas encendidas en señal de vida y en memoria de ellas.

‘’estados unidos no, estamos unidos si’’

 

[ Autor: Ilse Navia y Alicia Valencia de la Escuela de Comunicación del norte del Cauca ]