La historia no cambia si nosotros como partícipes de de ella no cambiamos. Todos unidos  aportando un granito de arena para un mejor mañana.
“El que conquista a los demás es poderoso, el que se conquista así mismo es invencible.”

 

Hace unos días  en  nuestro país se conmemoran doscientos años de de la independencia.

¿De qué independencia se habla? Si cada día, cada minuto, cada hora que transcurre en el tiempo, somos víctimas de una agresión diferente contra los derechos de nuestros pueblos por parte de aquellos ricos que quieren ser más ricos; de la injusticia de los gobiernos para con las comunidades y sectores más vulnerables; del hambre de poder de los grandes países y multinacionales que quieren saquear los territorios. Desde hace quinientos años vivimos en una constante lucha por  la defensa de la vida y el territorio, bajo la sombra de la guerra implementada por los poderosos, bajo un manto de sangre de inocentes que han muerto en el ejercicio de liberación de la Madre Tierra: aquellos que tuvieron el valor de denunciar la injusticia, esos grandes personajes que de alguna manera se pronunciaron ante la falta de oportunidades que  se presenta, renunciando a la esclavitud en la que vivían y queriendo tirar a un lado esa carga tan pesada que llevaban a diario desde que despuntaba el alba, hasta  ocultarse el sol.

El presente de la región no es el futuro que muchos de nuestros líderes protagonistas de la historia soñaron. Sin embargo, para la historia de la humanidad, estos doscientos años se han convertido en la lucha constante por la libertad e independencia de los pueblos que hasta el momento no ha llegado. Desde 1492 hasta nuestros días, el exterminio de las sociedades indígenas, el comercio de esclavos y los diferentes movimientos migratorios, han generado un intercambio que cambió para siempre en  la escala pintoresca del mundo.

Hoy por hoy se sigue en esta lucha constante que parece no tener fin. Pero en cada uno de los corazones de nuestros comuneros se guarda la esperanza de que algún día no muy lejano, al menos podamos tener un poco de calma dentro de toda esta tempestad. Anhelando un futuro mejor o al menos más llevadero.
Nuestra historia ha sido hecha y padecida por cada uno de los que cada día vivimos  soñando que  no es imposible cambiar la cruda realidad en la que nos encontramos en este preciso instante; y nos aferramos a que es sólo eso… un mal instante.

La sonrisa tierna de los niños, la placidez de nuestros mayores, la fortaleza de las madres cabeza de familia, las ganas de vivir muchos enfermos terminales y  el coraje  de nuestros kiwe tenza, son la motivación  más grande  para seguir en pie de lucha, para continuar en busca de estrategias que nos permitan sobrevivir a todas las dificultades que se presentan y para buscar la unidad  de nuestros pueblos por la defensa del plan de vida  y el territorio.

La historia no cambia si nosotros como partícipes de de ella no cambiamos. Todos unidos  aportando un granito de arena para un mejor mañana.
“El que conquista a los demás es poderoso, el que se conquista así mismo es invencible.”

 

[ Autor: Geydy Ordoñez]