Sin lugar a dudas la consulta popular es uno de los mecanismos que más afianzan la democracia, lamentablemente, como todo instrumento político, puede ser manipulada y pervertida por el poder político gubernamental al servicio de los intereses económicos dominantes.

Esto es lo que claramente hemos vivido en los últimos meses desde que se inicio el proceso de consulta.

La manipulación abusiva de la consulta popular empieza con la instrumentalización del ámbito jurídico en función de la concentración del poder político del gobierno de Alianza País, es más que claro que las cinco primeras preguntas, que dicho sea responden a la agenda social cristiana, tenían como propósito concentrar y fortalecer el poder político en el Ejecutivo para garantizar con esto la aplicación definitiva del modelo extractivista que lleva adelante el proyecto de la “Revolución Ciudadana”; y es más que claro que las otras cinco preguntas son rellenos con la intención de confundir el criterio de los votantes.

La redacción enredada y confusa de las preguntas y los anexos, con lenguajes jurídicos complicados que ni los juristas entendían del todo, no fueron hechas de forma inocente, sino que tenían la clara intención de ser incomprensibles y sobre esa confusión poder maniobrar la conciencia de los votantes. Maniobra que se puso en marcha a través de una propaganda ideológica de corte populista y clientelar, contexto en el que el debate no tenía mucho sentido, pues las premisas del mismo, es decir las preguntas, era con conjunto de absurdos mezclados con chantajes sociales.

La propaganda desplegada por el gobierno, que además obligó a que se le reconozca como sujeto político para poder participar en la campaña, fue por decir lo menos abusiva y autoritaria. Basta recordar las propagandas por el SI que envió el Consejo NACIONAL Electoral, vía Correos del Ecuador, a más de 200 mil miembros de juntas electorales. Y la última maniobra hecha con la encuesta a boca de urna realizada por la empresa Santiago Pérez, que como todos sabemos fue escogida a dedo, pues trabaja para el gobierno.

Este ha sido un proceso turbio que aseguraba el Si, de hecho antes de las votaciones el Gobierno ya hacía declaraciones triunfalista, y de hecho todos creíamos que el SI iba a ganar con un margen aceptable. Era de esperar tal resultado con todos los ofrecimientos, los bonos, los regalos, la propaganda, los insultos, las amenazas que se repartía por todo el País. Sin embargo, a pesar de que el Exit poll de la encuestadora Pérez, a las cinco de la tarde del día sábado, daba como resultado la victoria del SI sobre el NO, con 20 puntos de diferencia, resultados sobre los cuales el Gobierno festejó el triunfo y se ufanó de su victoria sobre toda la oposición, los primeros resultados del conteo oficial desmontan dicha mentira.

La distancia entre el SI y el NO bajó de 20 puntos a 4, 5, 6 puntos, cuando se supone que el margen de error del exit poll es de más 5, menos 5, pero nunca de 15 puntos. ¿Qué pasó con el manejo técnico de la encuesta, ¿es que puede haber un error tan grande, puede haber la técnica fallado tanto?, o es que ¿el triunfo del SI proclamando a las cinco de la tarde del día sábado, era parte de la manipulación que ha caracterizado a este proceso?

Parece que lo que el Gobierno no calculó es la indignación y dignidad del pueblo ecuatoriano, sobre todo del pueblo indígena y campesino. Lo que no calculó es que el pueblo no es manipulable como creen, que el pueblo indígena de las provincias que le dijeron NO sabe que lo que se pone en peligro con el proyecto de la Revolución Ciudadana es la vida humana y la vida que la acoge. Saben que lo que busca con la concentración del poder político vía reforma judicial es criminalizar la pobreza y la protesta social.

Ahora tenemos que estar atentos para que no nos digan más mentiras que de tanto repetirlas quieren que se vuelvan verdades. Está claro que el Gobierno ha sido derrotado en su intención, y no importa ya si el Si o el No ganan por un estrecho margen, el tema cuantitativo no define la posición del pueblo ecuatoriano que mostrado una vez más que proyecto de transformación social está en y con el mundo indígena y campesino defendiendo la vida y la naturaleza, en contra de la explotación y la opresión.

Este ha sido un triunfo, nuestro triunfo, el triunfo de los que luchan por defender el trabajo, la tierra, el agua y el aire en contra de la explotación de la naturaleza y del ser humano. Este ha sido un triunfo de las organizaciones indígenas, campesinas y de los trabajadores.

El pueblo no olvida la traición, ni los insultos racistas, ni la ofensas a los trabajadores, porque somos un pueblo digno.

*Natalia Sierra es socióloga ecuatoriana