Después de años de campaña realizada por sindicatos, organizaciones de mujeres y migrantes de todo el mundo, la 100º Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó hoy (16), un Convenio y una Recomendación que objetiva garantizar los derechos de al menos 53 millones de trabajadores y trabajadoras.

Según los procedimientos de la OIT, la nueva Convención estará en vigor después de ser ratificado por dos países. Uruguay y Filipinas manifestaron interés en ratificarla.

La Conferencia Sindical Internacional (CSI) clasificó la adopción del Convenio como una victoria histórica. Por otro lado, cree necesario que la OIT convoque a los gobiernos a ratificar y a aplicar la nueva norma. Evalúa la conferencia, que es necesaria una “orientación clara a aquellos países que necesiten reformar sus leyes con el fin de proteger los derechos de los trabajadores domésticos”, afirmó la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow. La organización declaró que continuará denunciando los casos de abusos contra los derechos de esos trabajadores.

Con años de atraso, la nueva norma reconoce que los trabajadores y trabajadoras del hogar, que cuidan de las familias y de los domicilios, deben tener los mismos derechos básicos de trabajo que los otros trabajadores. La razón del tal demora, a escala mundial, para el reconocimiento de derechos básicos se encuentra expresada en el texto introductorio de la Recomendación: ”(esos profesionales) son particularmente vulnerables a la discriminación relativa al empleo y al salario, así como a otras violaciones de los derechos humanos”.

Explotación por parte de agencias de contratación, remuneración por debajo del mínimo legal, no pago de salarios, exclusión de los regímenes de previdencia social, excesivas horas de trabajo y formas de trabajo infantil doméstico. Múltiples violaciones forman parte del cotidiano de esos trabajadores y trabajadoras, que mayoritariamente son mujeres y niñas: cerca del 83%. De las cuales, muchas son migrantes, según datos recientes de la OIT. El total de trabajadores y trabajadoras domésticos, teniendo en cuenta que esta labor es hecha de forma oculta y sin registros, puede llegar a 100 millones de personas.

Entre los derechos ahora reconocidos están: jornada de trabajo, descanso semanal de al menos 24 horas consecutivas, límite al pago ‘in natura’, informaciones claras sobre los términos y condiciones del empleo, así como el respeto a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, incluyendo la libertad de asociación y negociación colectiva. En muchos países, los (as) trabajadores/as del hogar son impedidos de organizarse en sindicatos.

La directora ejecutiva de la ONU Mujeres, Michelle Bachelet, declaró que apoyará la ratificación y la aplicación de los nuevos instrumentos de la OIT, a los que calificó como una contribución histórica para la agenda del desarrollo. Destacó Michelle, que esos (as) trabajadores (as) permiten mantener el motor de la economía y el funcionamiento de las sociedad.

Otras organizaciones sindicales y movimientos laborales también manifestaron satisfacción por la aprobación del Convenio, como la Red Internacional de Trabajadoras Domésticas, la Federación Sindical Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA) y la Internacional de Servicios Públicos.

Aprobada con 396 votos a favor, 16 en contra y 63 abstenciones, la adopción de las nuevas normas es resultado de un largo proceso, que tuvo su inicio en la OIT en marzo del 2008. En esa oportunidad, el Consejo Administrativo decidió poner el tema en la agenda de la Conferencia. En 2010, fue realizada la primera discusión sobre el tema y la segunda en 2011 con la aprobación de los documentos.

Con informaciones de la OIT y CSI.

Traducción: Ricardo Zúniga

 

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