Chirapaq es una organización indígena del Perú que se define como luchadora por la reafirmación de la identidad y en defensa de los derechos de los pueblos indígenas hacia la construcción de una sociedad más justa, democrática e intercultural. Este año, entre el 21 y 22 de junio celebró sus 25 años de existencia con el foro público internacional “Derechos de los pueblos indígenas, avances y retos en su implementación”.

Representantes de diferentes organizaciones indígenas provenientes de todos los países de América Latina se congregaron en los diferentes espacios de talleres y foros que ofreció este evento.

En la mañana del 21 de junio se realizó la mesa redonda “Educación para Pueblos Indígenas: Buscando la Excelencia”, se discutieron temas como la educación ‘para’ los pueblos indígenas que significa un reconocimiento pasivo de los pueblos indígenas que todavía no considera su participación ni su pensamiento y que por ende es todavía ajeno. La educación ‘con’ los pueblos indígenas donde se incluye la educación bilingüe en las escuelas pero sin darle mucha importancia a la metodología y al contexto de la enseñanza de la legua propia. La educación ‘desde’ los pueblos indígenas, es decir desde su pensamiento, lo que representa un avance frente al sistema educativo tradicional, pero que todavía tiene el reto de trascender el sistema bilingüe que no abarca las necesidades de formación que necesita el pueblo indígena, y que más bien exige plantearse una pedagogía propia desde el conocimiento indígena y el ser indígena.

Más allá, la educación debe corresponder no sólo al poder saber sino al poder ser, una educación que nos permita sentirnos plenamente humanos, es allí donde se debe aclarar que la inclusión en la educación no se refiere a que diferentes culturas incursionen en un método de adaptación sino de la inclusión de otra forma de ver la realidad, del conocimiento ancestral que debe entrar en diálogo con el otro conocimiento para terminar con ese método que impone la uniformidad y la homogeneidad hacia una pedagogía desde y para la diversidad.

En la noche del día 21 de junio se llevó a cabo el foro “Derechos de los pueblos indígenas, avances y retos en su implementación”, en este espacio se hizo un recuento de las luchas que emprendieron las primeras organizaciones indígenas por el reconocimiento de los indígenas como pueblos y de sus derechos, ante la ONU.  Wilton Littlechild, Jefe indígena de la Nación Cree de Canadá, hizo parte de las primeras organizaciones indígenas que se enfrentaron a los gobiernos en los años 70’s por la reivindicación de sus derechos y el reconocimiento de sus territorios.  Relata que fue una lucha difícil, donde al principio ni siquiera fueron escuchados, más tarde, frente a sus exigencias de respetar sus territorios  lograron establecer diálogos con las Naciones Unidas  y que éstas fijaran unos estándares para las empresas sobre el uso de los recursos en los territorios de sus pueblos. Contó que las exigencias de su organización, guiadas por los sabios Cree, se lograron hacer reconocer en la Declaración de los derechos Indígenas en los artículos del 25 al 32 que tratan sobre Tierras, territorios y recursos.

Tarcila Rivera, la presidenta de Chirapaq y coordinadora general del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas relató que desde los 80años, en medio de la coyuntura de violencia política que atravesaba el Perú, se vinculó a la lucha activista de los derechos de los pueblos indígenas participando en espacios como la ONU y la OEA, mencionó que sus aportes como representante desde el Perú ha sido la contribución que con las mujeres indígenas ha hecho para que estén incluidos en las políticas de las Naciones Unidas. Fue partícipe de la creación de la Declaración Mundial de Mujeres Indígenas en Beijing en la que se recogen todas las reivindicaciones no solo de las mujeres indígenas sino de todos los pueblos indígenas y también abarca los derechos sobre territorios, recursos naturales y conocimientos.

Recordó que junto con Wilton recorrieron el proceso de la declaración desde su proyección y del Foro permanente que lleva diez años y significa el espacio desde donde las aspiraciones y los sueños de justicia, de respeto y de reconocimiento de los pueblos indígenas sean realidad, plasmados ahí como recomendaciones para que los estados los implementen en cada uno de nuestros países.  Resaltó así que la historia de los 25 años de Chirapaq es también un proceso fundamental en la historia de los derechos de los movimientos de los pueblos indígenas en el mundo contemporáneo.

El miércoles 22 de junio se realizó la mesa redonda con el tema “El Racismo en los Medios de Comunicación y los Pueblos Indígenas”. En este espacio se trató el tema del racismo como una problemática estructural y la comunicación como un instrumento político de poder. El racismo como problemática estructural se refiere a que no tiene que ver sólo con el tipo de piel sino que más allá el racismo se manifiesta en lo político, lo ideológico y lo cultural. También se mencionó que el racismo es una idea que se ha naturalizado en todos, tomamos lo uniforme como normal y la diversidad y la diferencia como anormal. Así, las formas en que se manifiesta el racismo se ven reflejadas en la desigualdad económica, cuando el acceso a los medios de comunicación, a los derechos y a todo lo que proporcione el bienestar básico antepone un costo económico.

En cuanto a las instancias jurídicas y legales como los espacios a los que los pueblos indígenas han acudido para exigir y hacer cumplir sus derechos, hay que señalar que más allá de buscar la inclusión dentro de esos espacios se debe revisar primero si estos corresponden a las prácticas de vida de nuestros pueblos, de lo contrario todo se reduce a las figuras estereotipadas de los indígenas consideradas desde el folklore.  Estos marcos de la legalidad no son suficientes para permitir la construcción de esas sociedades interculturales con los que los pueblos indígenas han soñado.  Más allá de la legalidad está la legitimidad y la lucha de nuestros pueblos es legítima, la defensa del agua, del territorio, de la salud, de la educación debe continuar con o sin ley. De igual forma pasa con la comunicación, donde sólo considerarla desde los medios masivos significaría sujetarse a seguir reproduciendo el mismo aparato de propaganda que estos realizan. Tampoco verla sólo desde los medios que son sólo herramientas que harán un gran aporte cuando reconozcamos primero nuestras formas propias y ancestrales de comunicación. La comunicación es un instrumento político y un derecho, que si se reconoce como tal nos permite tomarnos la vocería, recuperar la autonomía de ser nosotros quienes contemos nuestras realidades.

Pero estas formas de sometimiento y despojo que son el racismo y la discriminación, que se promueven desde los medios masivos de comunicación entre otros espacios, no son problemáticas que sólo afectan a los pueblos indígenas, los pueblos afro, los campesinos, las organizaciones de mujeres y demás sectores que luchan desde las bases también enfrentan estas realidades.  Es hora de que la experiencia y la capacidad de los procesos organizativos de diversos orígenes se junten.  Las organizaciones indígenas deben acercarse a otros sectores para dar a conocer su largo proceso pero también para nutrirse de las propuestas y estrategias de estos.  Todos soñamos con ese otro mundo posible, no sólo los indígenas, cada proceso separado no va a lograr el cambio que busca, es hora de compartir todas nuestras luchas y unir nuestras capacidades y esfuerzos.

La lucha histórica de Chirapaq ha sido determinante en el destino de los movimientos indígenas hoy, es muy importante que a sus 25 años de existencia haya procurado un espacio no sólo para recordar estas luchas sino hacer la evaluación y el diagnóstico de los procesos indígenas, mediante la reflexión y el análisis de los derechos, la educación, la comunicación, entre otros, con la participación de hermanos de los diferentes rincones de América Latina. Pero como ya se ha dicho, las reflexiones que se comparten en estos talleres, mesas, foros y demás deben trascender estos espacios, llegar a la comunidad, estar abiertos a todas las personas de todas las edades, sin priorizar títulos, líderes o cabezas visibles.  No sólo por el derecho a ser partícipes de estas reflexiones sino porque es con todos, desde las bases como esas reflexiones se convierten en propuestas y en hechos.

Tejido de Comunicación ACIN