La organización “Earth Open Source” acaba de sacar el informe “El glifosato y los defectos de nacimiento: ¿Se ha mantenido a la gente en la oscuridad respecto a este hecho?”, el cual confirma lo que los críticos han venido diciendo por años acerca del glifosato: Es un peligro para la salud humana y ocasiona defectos de nacimiento.
Ocho afamados científicos: Michael Antoniou, Mohamed Ezz El-Din Mostafa Habib,
C. Vyvyan Howard, Richard C. Jennings, Carlo Leifert, Rubens Onofre Nodari, Claire Robinson y John Faga, han puesto al descubierto en un estudio de más de medio centenar de páginas lo que era un secreto a viva voz  acerca del glifosato: que es un mortal veneno disfrazado de herbicida, que los estudios científicos han comprobado su toxicidad y que en estudios de laboratorio produjo defectos de nacimiento en embriones de ranas y de pollos en concentraciones diluidas, es decir mucho más bajas de las que se usan a nivel comercial.

Hoy en día, el glifosato, producido por Monsanto, es el herbicida más usado en el planeta. En inglés se le conoce con el nombre  de “Roundup”.  En Estados Unidos se utiliza en granjas y jardines como quien estuviera simplemente regando agua de lluvia, cuando en verdad es una amenaza para la salud pública. En Colombia, una versión hasta más venenosa es la que se utiliza para fumigar las plantaciones de coca, sin importar los daños ambientales y humanos; en definidas cuentas se trata de un ecocidio y un genocidio, cortesía de las multinacionales del veneno, amparadas por la incapacidad de los políticos colombianos para ver que están envenenando a su propio pueblo y a la madre tierra.

Sin embargo, la noticia, según “Earth Open Source”, no es nada nuevo, ya que en “Europa se ha sabido por años que el glifosato, introducido en 1976 por el gigante de la biotecnología estadounidense, Monsanto, causa defectos de nacimiento en los embriones de animales de laboratorio”.

Y, exactamente así es como Monsanto y los gobiernos que se han hecho los de la vista gorda han tratado al pueblo colombiano, como animales de laboratorio, sin importarles en absoluto las consecuencias  fatales que acarrea el uso de dicho veneno. Y, añade “Earth Open Source” que a través de un estudio de 1993 de la industria de herbicidas, Monsanto incluido, se supo que el herbicida ocasionaba anomalías tales como la dilatación del corazón en conejos expuestos a dosis bajas y medianas del veneno.  El informe añade que desde 2002, los reguladores de la Comisión Europea sabían que el glifosato causaba deformidades  en animales de laboratorio y que a sabiendas de ello se aprobó su uso en Europa por los siguientes 10 años.

Los estudios acerca del envenenamiento en seres humanos causados por el herbicida son abundantes, “Earth Open Source” se ha basado en fuentes abiertas al público para documentar plenamente lo que el monstruo de los venenos, Monsanto, ha tratado de negar por años: que su producto es tóxico tanto para plantas como humanos y animales.

En 1996, el Fiscal General de Nueva York demandó a Monsanto por describir el “Roundup” como un producto que era “amigo del medio ambiente” y “seguro como la sal de mesa”.  Monsanto, como de costumbre no admitió culpa alguna en la mentirosa propaganda, pero terminó pagando una multa de 250 mil dólares.
La pregunta es, ¿qué tipo de monstruo es el que promueve esta especie de raticida como “seguro como la sal de mesa”? ¿Se tomarían las directivas de Monsanto un vaso de su tóxico coctel? Realmente lo dudo, pero en la práctica, están obligando al resto del mundo a que gota a gota se beba su propia cicuta. La Agencia Ambiental de los USA calcula que entre 2006 y 2007, el mercado agrícola usó de 180 a 185 millones de libras de glifosato, mientras que el mercado no agrícola usó entre 8 y 11 millones de libras entre 2005 y 2007.

No contentos con fumigar con este veneno las hierbas, Monsanto ha introducido las semillas genéticamente modificadas que son inmunes al herbicida, las cuales de por sí son otro peligro. Dice un aparte del informe:

“Monsanto y otros productores de semillas genéticamente modificadas están tratando de que sus cosechas tolerantes al glifosato sean aprobadas en Europa para su cultivo. Si la comisión europea da su aprobación, esto aumentará masivamente la cantidad de glifosato que se rociará en los campos, como ya ha pasado en Norte y Sur América. Como consecuencia, esto aumentará la exposición humana al glifosato”.

Dice el informe que desde los años 80 y 90 las industria productora del veneno y sus reguladores, sabían perfectamente que causaba deformidades, pero que esto fue mantenido en secreto. Añade el informe que:

“La opinión pública, por su parte, fue mantenida a oscuras de esta situación por la industria y sus reguladores, acerca de la capacidad del glifosato y del Roundup de causar deformidades. Además, el trabajo de científicos independientes que han apuntado el dedo a los efectos teratogénicos, ha sido ignorado, denigrado o dejado de lado. Estas acciones de parte de la industria y de los reguladores han puesto en peligro la salud pública”.

La pregunta es: ¿Cuál es la moral de estas compañías que por hacer una ganancia han envenenado la tierra y causado miles de muertes y enfermedades a nivel mundial? ¿Cuál es la responsabilidad de los gobiernos cómplices que han permitido este genocidio estilo nazi, no con gases sino con herbicidas?

Invito a todas las organizaciones ambientalistas, a las personas preocupadas por su salud y la de sus hijos, a las comunidades afectadas y a la comunidad científica a leer el informe y a protestar para que se ponga coto a este ecocidio y genocidio a nivel mundial.

En este enlace pueden encontrar el informe:
http://es.scribd.com/doc/57277946/RoundupandBirthDefectsv5

 

El Tiempo.com