Memoria Y Camino del Tejido de Comunicación

El 9 de julio, en el casco urbano de Toribío se cumplió un año del ataque realizado por las FARC y dirigido a la estación de policía, por medio de la explosión de una chiva bomba, la cual destruyó la casi totalidad del pueblo. Se conmemoró este doloroso acto bélico, se recordó a las víctimas, a los muertos, a los heridos. Hoy se repitió que, a pesar de sus promesas, el gobierno no brindó ninguna ayuda a las personas afectadas para que arreglaran sus viviendas, las cuales se encuentran todavía destruidas.

Ayer se conmemoró el dolor en medio del dolor. La situación no ha cambiado: Toribío se encuentra desde unos días en medio del fuego cruzado entre el ejército y la guerrilla. Los actores armados siguen hostigando a la población civil, escogiendo el pueblo como campo de combate. El domingo la guerrilla lanzó una bomba y cayó sobre la IPS, hiriendo gravemente a una enfermera, quien perdió el uso de sus piernas.

Ayer la comunidad se levantó en resistencia. “Nuestros muertos están más vivos que nunca” declararon los comuneros y comuneras, y en su nombres no van a dejar que los actores armados les roben la Tierra, la Libertad y la Vida. Empezaron la jornada con un homenaje a las víctimas del ataque del año pasado y decidieron retomar juntos el control del territorio.

Ya no son los líderes ni los representantes de los cabildos los que van a denunciar los actos de guerra, sino que es la comunidad la que va a accionar y a ponerse de pie en lucha por la Vida. Los toribianos no quieren más discursos, no quieren más palabras. Ya están claros los mandatos. Lo que quieren es accionar ya. “¡No queremos oír ni un tiro” dijo una mayora! “¡donde se oye un tiro para allá vamos!”.

El gobernador del Resguardo de Toribío declaró que este lunes la comunidad se reunió con tres propósitos, que tienen raíz en la vida de las comunidades. Tres acciones para defender el territorio, la vida, defenderse como pueblos y personas dignas que merecen vivir en este territorio. La primera acción fue expresar el dolor causado por la guerra. Que la gente que se quede en silencio pueda hablar y denunciar las violaciones a su dignidad, que enfrentan todos los días como seres humanos. Esta acción lleva la gente a despertarse, a construir en unidad. Porque la comunidad no necesita armas para defenderse y fortalecer sus planes de vida, no necesita actores armados para vivir en armonía con sus planes de vida. La comunidad tiene otras herramientas, expresó el gobernador, Tiene la fuerza de la unidad y la fuerza de la palabra. Frente a los hostigamientos, la comunidad habló sin medio, son los que tienen las armas que se asustaron cuando la gente vino a exigir que dejaran atacar a la población civil.

La comunidad es capaz de alcanzar, de manera autónoma, la armonía en su territorio y para lograr este Mandato, se desarrollaron dos actividades. La primera tuvo como objetivo quitar las trincheras de la policía en el casco urbano, pues estas generan inseguridad por estar ubicadas cerca de las casas de los comuneros y ser objetivos militares para la guerrilla. Además, estas trincheras de la policía impiden el derecho a la libre circulación de los comuneros. El pueblo Nasa no necesita a la fuerza pública porque nunca ha sido efectiva. Cada vez que llegaron más ejército y policía, se concentraron más los grupos guerrilleros y se incrementaron los combates, dejando numerosos muertos y heridos en la población civil.

Las acciones de la guerrilla también generan guerra, así que la otra acción planteada por la comunidad fue salir caminando a buscar los campamentos de la guerrilla y generar un debate con ellos, para lograr que se fueran del territorio. La comunidad no comparte el proyecto político de las FARC y menos su manera de apropiarse el territorio, metiéndose en las casas de civiles, reclutando a los niños y vigilando a los comuneros.

Se lograron las dos primeras acciones, de manera pacífica, y se está desarrollando la tercera ahora mismo. Las comunidades indígenas dijeron a los actores armados ¡basta!, que mientras estén presentes en el territorio del Pueblo Nasa, no dejarán de resistir y seguirán de pie en lucha. Hoy los señores de la guerra no van a acabar con ellos. Porque hoy se paró Toribío, se levantó el Pueblo Nasa.
 

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