El Pueblo Misak asentados en seis departamentos del territorio nacional; Cauca, Valle del Cauca, Caquetá, Huila, Cundinamarca y Meta, cohesionados a través del NU NACHAK o FOGON MAYOR y la unión de los 16 Autoridades Ancestrales Misak, que la gran mayoría de la población somos cultivadores de café, en unidad con los Campesinos y Afros, actores principales para garantizar la seguridad y autonomía alimentaria del pueblo colombiano y afectados directamente por la crisis cafetera y el agro nacional actual, manifestamos:

 
La resistencia de los pueblos nativos en América y particularmente en Colombia, no es ni de ayer ni de hoy, comenzó desde el momento en que fuimos invadidos y afectados por procesos de exterminio sistemático físico, espiritual y cultural de nuestras comunidades por los conquistadores en 1492. Desde allá en diferentes épocas hemos resistido de muy diversas maneras, resistimos la invasión, el aniquilamiento, la dominación, el despojo de nuestros territorios, de nuestros saberes, de nuestras formas propias de ser y de pensar. En la época de la colonia fuimos condenados a la esclavitud, servidumbre, robaron nuestro trabajo, redujeron y acorralaron nuestros territorios en resguardos y nos obligaron renunciar nuestro idioma y hoy sometidos a las nefastas políticas neoliberales.
Campesinos, afros e indígenas Misak y Nasas nos hemos encontrado desde el lunes 25 de febrero en la vía panamericana Popayán – Cali, en el corregimiento de Tunia, municipio de Piendamó, departamento del Cauca, para manifestarnos frente a un modelo de desarrollo que no es consecuente con las realidades económicas, políticas, sociales, ambientales y culturalmente diversas de nuestro país. Nuestro movimiento es por el Territorio, la Vida, la Dignidad y la Libertad.
 
Sabemos que la raíz de los problemas es la concentración de la tierra en unas cuantas familias más poderosas del país y este problema viene desde la época de la colonia y la formación del Estado-Nación, caracterizado por el pensamiento clerical y de homogeneización rezagos de la época medieval. Los sectores dominantes especulan permanentemente restringiendo el acceso a la tierra a campesinos, indígenas y afro descendientes, favoreciendo a un sector privilegiado capitalista a través de su ordenamiento territorial, legislación agraria, política de seguridad, políticas macroeconómicas, como los tratados de libre comercio.
 
Taponamos las carreteras nacionales e internacionales como estrategias de resistencia pacífica para exigir políticas integrales de protección y salvaguarda de las economías diversas, ya que para nosotros no hay pequeños ni grandes economías, defendemos la economía para la vida, la pervivencia de los pueblos y la autonomía alimentaria, porque la concentración de la tierra y la economía se encuentran además en manos de transnacionales, quienes desarticulan los sistemas de vida a nuestros pueblos, desagriculturizando nuestras tierras llevándonos a una crisis alimentaria a través de las importaciones de productos transgénicos, que se expresa también en la política extractivista de la economía minero energética con sus locomotoras de “desarrollo” del actual Gobierno. El Presidente y sus ministros han dicho que las vías de hecho son ilegales, nosotros le decimos que el modelo desarrollo, sus políticas y las leyes son injustas y antihumanas. Exigimos la responsabilidad política de gobierno, un plan de garantías concertado entre él y los pueblos, para el cumplimiento de nuestras demandas, una ruta y metodología de trabajo que permita crear políticas públicas a favor de nosotros en los diferentes puntos que hemos planteado.
 
Rechazamos el poder militar que ha favorecido la concentración de la tenencia de la tierra, la legislación agraria colombiana que está marcada por la resolución de los conflictos agrarios en favor de los sectores dominantes (terratenientes, agroindustriales, multinacionales) y exigimos una reforma agraria consecuente con la vida, la dignidad humana y con profundo respeto a la madre tierra, de igual manera rechazamos la persecución, los señalamientos y la amenaza de judicialización a nuestros voceros líderes del movimiento por la dignidad cafetera, los promotores de la movilización somos todos, todos somos líderes, todos somos voceros, solamente para las reuniones de la Mesa de Concertación con el Gobierno se delega a algunas personas. Rechazamos enérgicamente el atropello de la fuerza pública, como sucedió el día miércoles 27 de Febrero a las 5:00 am, en el punto denominado el Arado; la gente que hacia presencia fue arremetida por el ESMAD con gases lacrimógenos causando asfixia a muchos, además a las 7 pm del mismo día, hicieron disparos contra la población, arrojaron granadas de aturdimiento, luego hicimos las respectivas denuncias ante la personería municipal de Piendamó de lo ocurrido y se entregó las evidencias. Se encontraron explosivos abandonados en el sitio de la movilización como granadas, capsulas de gas y de balas.
 
El gobierno nacional a través de los medios de comunicación estigmatiza los procesos de lucha y resistencia de los pueblos indígenas, tergiversando la información real. Nos atribuyen acciones terroristas, para satanizar las justas movilizaciones y para reprimir con los escuadrones del ESMAD, el ejército y la policía nacional. Nuestra lucha y resistencia ha sido basada en nuestros principios, culturales, con nuestras formas propias, cosmogónicos de la Ley de Origen y el Derecho Mayor; está demostrado que nuestro pensamiento político es independiente y diferente de los intereses de los grupos armados, por lo cual rechazamos categóricamente acciones proselitistas y coyuntarales electorales tanto de izquierda o de derecha o de los grupos legales e ilegales del estado y de los gobiernos.
 
Los medios como Caracol, RCN, los periódicos como el Espectador, el Tiempo y Semana son medios que no informan con veracidad de los hechos reales de todas las movilizaciones que se han dado en Colombia, y eso ha ocurrido también con la movilización cafetera; lo que sucedido en la tarde del Sábado 2 de marzo del presente año es un ejemplo, pues publicaron que el paro se había levantado, que ya había llegado a una negociación entre los cafeteros y el Gobierno Nacional, esto fue una absurda mentira para dividir la movilización y confundir a la opinión pública, frente a esto desmentimos la noticia publicada en ese día aclarando que el acuerdo que han hecho es con la burocracia del Comité Nacional de cafeteros y el gobierno, y no con los voceros legítimos de los 12 departamentos.
 
En medio de toda esta movilización han quedado gente a mitad de las vías sin poder movilizar, por ejemplo quedaron unos ciudadanos Peruanos y Chilenos sin poder transitar por falta de medios de movilidad, pero las autoridades Misak antes esto buscaron la salida para garantizar los derechos humanos de los extranjeros mediante el contacto con la Cruz Roja, los extranjeros fueron acompañados por las autoridades indígenas hasta Piendamó y entregados a la personería para que luego puedan llegar a Popayán.
 
Los pueblos indígenas poseemos instrumentos de defensa del territorio y de los derechos humanos, como son las normas nacionales e internacionales que consagran derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas, como son:
 
1. El derecho mayor de los pueblos indígenas reconocidos en la constitución política de 1991 por ser un derecho antiquicio.
 
2. Los Tratados Internacionales como el convenio 169 de la OIT constituye la columna vertebral de los derechos de los pueblos indígenas y es ley para Colombia ratificado mediante la ley 21 de 1991.
 
3. La Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas expedida por la ONU en el 2007, que para el caso de Colombia no ha sido ratificado hasta ahora.
 
De igual manera las comunidades negras tienen la LEY 70 / 1993 que protege derechos territoriales colectivos y el medio ambiente.
Pero estos instrumentos de defensa y protección no son las únicas formas de lucha y queremos convocar a quienes todavía desconocen estas realidades segados por la mentira de los medios y de los políticos de turno, y les decimos que solo luchando podemos defender nuestros derechos, para defender lo que ya tenemos y poder ganar otros derechos, para garantizar la permanencia de los pueblos.
 
Somos caficultores y estamos perjudicados por las políticas macroeconómicas e inmersas en la profunda crisis del agro que hoy padece. Una es la revaluación del peso frente al dólar que generó pérdidas -en los ingresos cafeteros- por más del 25 por ciento del precio total de las cosechas de los últimos años. En diciembre de 2002, 11 años atrás, el precio del dólar era de $ 2.850 pesos, hoy es de $ 1.809 pesos, $1.041 pesos menos. En esas condiciones, los cafeteros no somos capaces de sostenernos con ese ingreso, puesto que el precio internacional oscilando alrededor de un dólar con 80 centavos, que no nos garantiza la pervivencia. Durante el último año la carga de café pasó de un precio de un millón de pesos a menos de 500 mil. No es posible sostener ningún sistema de producción agropecuario, si el ingreso cae, en tan sólo 5 meses, más del 55%.
 
Con base a lo anterior el pueblo Misak manifiesta lo siguiente:
 
1. Se fije un precio interno remunerativo y estable que, independiente del precio internacional, garantice la compra del café por lo menos en ochocientos mil pesos la carga de café.
 
2. Una política de fomento a la producción cafetera nacional, sobre la base de que el productor escoja la variedad que desee sembrar, para recuperar la cosecha anual y garantizar que el café colombiano abastezca el mercado interno y una política de industrialización del café con capital y trabajo de los productores nacionales.
 
3. No se incremente la llamada “Contribución Cafetera” por libra exportada.
 
4. Se reduzca el precio de los abonos fertilizantes e insecticidas, se eliminen los impuestos a los que están gravados y se controle y vigile la calidad de los mismos.
 
5. Una investigación de las cuentas, las actividades y gastos del Fondo Nacional del Café y de las áreas reales de producción así como la reestructuración de la Federación Nacional de Cafeteros, Es trascendental conocer si las instituciones siguen jugando su papel central de protección y apoyo al cultivo nacional, definir los ajustes que requieren para retornar a sus objetivos, acorde con la actual situación.
 
6. Adoptar los mecanismos necesarios para el subsidio y la condonación de la deuda de los caficultores.
 
7. La implementación del TLC es una forma de aniquilamiento que promueve el etnocidio de los pueblos originarios y que lesiona la autonomía alimentaria.
 
8. Que el Gobierno Nacional se crea La Mesa Permanente de Concertación con los caficultores perjudicados, mediante un decreto y que la participación de los delegados de los caficultores sea amplia, para una efectiva interlocución de manera directa con el gobierno y sus representantes legítimos de autoridad a autoridad.
 
9. Los Misak decimos NO a la minería en los territorios sagrados y aptos para la caficultura.
 
Finalmente las Autoridades indígenas, Campesinos y afros, solicitamos a los organismos nacionales e internacionales y a los entes de control: Defensoría del Pueblo, Procuraduría Nacional y otras entidades defensores de Derechos Humanos, para que hagan seguimiento a esta crisis humanitaria y estén atentos a cualquier situación o hecho que atente contra la vida de los manifestantes presentes en las luchas que libra la población cafetera y en el que personas, comunidades están participando de manera activa.
 
“RESISTIMOS POR QUE EXISTIMOS Y PERMANECEMOS EN LA IDENTIDAD CON CULTURA PROPIA”