México. Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), en México existen un millón 730 mil docentes de los cuales el 61 por ciento son mujeres, es decir, un millón 60 mil maestras, mientras que sólo 670 mil, es decir el 39 por ciento son hombres[1] [1].
 

 
Cada año miles de maestras y maestros de Oaxaca pertenecientes a la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), exigen, entre otras cosas, que sus derechos laborales les sean respetados; el rescate de la multiculturalidad y suficientes recursos para la educación, para lograr que este derecho sea realmente ejercido por las niñas y niños del estado.
 
La lucha de las maestras es un doble, triple o cuádruple esfuerzo cuando para exigir el ejercicio de derechos fundamentales como lo son los derechos laborales y el derecho a la educación, tienen que abandonar las aulas, a sus hijos e hijas, sus comunidades, su estado e incluso muchas de ellas han sido encarceladas en penales de máxima seguridad, acusadas de delincuencia organizada o secuestro. Como hemos sido testigas, esta lucha ha sido estigmatizada por algunos medios de comunicación, los cuales responden a intereses económicos y políticos, que al igual que la Reforma Educativa, presentada y aprobada a menos de un año del gobierno de Enrique Peña Nieto, buscan privatizar incluso algo tan humano como lo es el conocimiento.
 
En este texto conoceremos el testimonio de 3 maestras originarias del estado de Oaxaca, quienes permanecen en la Ciudad de México y a través de su palabra buscan compartir a nivel nacional e internacional los motivos de su lucha.
 
Maestra A
 
El motivo de seguir y continuar con esta lucha es porque siempre vivimos y observamos la injusticia que existe en nuestro estado y en nuestro país, y también porque a diario, como mujer, como mamá, como esposa vivimos muchas carencias e injusticias con las que no estamos de acuerdo. Como maestras, nosotras somos quienes directamente convivimos en las comunidades con las y los alumnos, con las madres y padres de familia, y conocer las carencias que enfrentan te llena de rabia.
 
Yo trabajo por la Central de Abastos de Oaxaca, en donde se concentra mucha gente de diversas comunidades para la venta del tianguis. En ese espacio ves toda una multiculturalidad, pero también conoces las realidades de muchos niños y niñas que tienen que trabajar antes se asistir a una escuela. Existen estudiantes que se levantan desde las 4 o 5 de la mañana porque vienen de sus comunidades a traer frutas, verduras o plantas para vender; llegan a la escuela sin desayunar y el resto del día se la pasan ahí, es hasta las 8 ó 9 de la noche cuando se trasladan a sus comunidades a dormir y al otro día es la misma rutina. Cuando tú ves y vives las carencias y condiciones en las que muchos alumnos van a la escuela te da coraje saber que tanta corrupción e injusticia hace que no se garantice una verdadera educación de calidad. Y por más que ahorita quieran pintarnos la Reforma Educativa de otra manera, nosotras sabemos que para mejorar la educación necesitamos cambios estructurales y con lo que se ha aprobado sabemos que las condiciones en nuestras comunidades, no mejorarán sino que definitivamente son para empeorarlas. A pesar de que al pueblo le digan todo lo contrario o que los medios de comunicación lo disfracen, sabemos que la visión que se tiene es para privatizar la educación.
 
Como en 2006
 
Yo viví muy directamente los acontecimientos del 2006 y justamente anoche recordé aquellos hechos, se me vino a la mente la psicosis que había y el desalojo pero como le dije a mi compañera yo no tengo miedo, inclusive yo le decía a ella, hay que estar pendientes, no vamos a dormir ahorita, vamos a checar qué pasa y nos fuimos a dar un rondín para ver cómo estaban las cosas. Entre nosotras nos animamos, sobre todo cuando empezamos a escuchar que tienen planeado esto o que tienen planeado lo otro. Lejos del miedo tenemos la necesidad de venir y participar activamente, a pesar de la psicosis que quieren impregnar, carecemos de miedo porque ya lo vivimos y no nos paraliza.
 
Maestra B
 
El motivo de nuestra lucha y la participación colectiva
 
Desde enero y febrero de 2013 cuando iban a aprobar la Reforma Educativa, que en realidad es  una reforma administrativa y política, hemos estado en lucha. Oaxaca fue uno de los únicos estados en donde esta reforma no pasó, sin embargo, eso no impidió que fuera promulgada el 25 de febrero. A partir de ese entonces hemos estado resistiendo en el estado con muchas actividades, primero, acordonamos la Cámara de Diputados de Oaxaca, luego tuvimos un foro de denuncia en el Zócalo, hemos tenido actividades representativas en la Ciudad de México, entre otras actividades. Este proceso ha sido muy desgastante económicamente, físicamente, y emocionalmente pero no sólo las maestras de Oaxaca sino de otros estados, hemos decidido trasladarnos a la capital y continuar en resistencia.
 
Decidimos dejar a nuestra familia y todo nuestro arraigo allá, para trasladarnos a la Ciudad de México, a pesar de ser un lugar desconocido para nosotras. Sabemos que es un terreno que no conocemos porque muchas de nosotras no sabemos andar ni en el metro, pero nos adaptamos a este medio para venir a luchar en contra de las políticas privatizadoras del Estado pero esta lucha no es sólo de nosotras o de los maestros en general, ésta tiene que ser una lucha colectiva porque laceran no sólo al magisterio, sino también a los alumnos/as, a los padres y madres de familia, pues entre otras cosas, esta reforma conlleva no sólo al despido de las y los trabajadores sino a que los padres y madres de familia se vean obligados a pagar las cuotas que antes eran voluntarias y a solventar los gastos que no les corresponden.
 
Es por ello que esta lucha ha sido opacada por quienes dicen que el magisterio es el responsable del rezago educativo cuando en realidad no es así, más bien el rezago educativo es una problemática estructural que se debe, entre otras cosas, a que la partida que debieran de mandar para la educación, la gastan en otros ramos. Un ejemplo clarísimo son las pasadas elecciones, en donde gastaron dinero al por mayor, mismo que pudo haberse asignado para mejorar la educación.
 
Por eso es importante que hoy las maestras y maestros alcemos la voz para decir que no somos los culpables del rezago educativo en México y que aún con todas las carencias que vivimos en las comunidades de infraestructura; material didáctico; alimentación para los niños que carecen de lo más elemental; las y los maestros hacemos todo lo posible por formarles bien. También para nosotras es importante reconocer que no es verdad que Oaxaca sea uno de los estados con mayor rezago educativo, prueba de ello es la fuga de cerebros que se han ido de nuestro estado, muchos estudiantes jóvenes se han ido al extranjero, ellos están avanzando hoy en la tecnología, todo esto que en la actualidad usamos, los teléfonos celulares, las computadoras, es desarrollado también por gente nuestra, no sólo de Oaxaca sino del país, y esa es una prueba contundente de que las y los maestros de nuestro estado estamos haciendo bien nuestro trabajo y hoy más que nunca lo decimos, lo reafirmamos y lo refrendamos.
 
El rescate de nuestro arraigo
 
En Oaxaca estamos conformando un plan para la construcción de Oaxaca y precisamente eso es a lo que el gobierno le tiene miedo, sobre todo porque el enfoque fundamental es el rescate de los saberes, las costumbres, de arraigarnos otra vez a nuestro estado, a nuestro México. Conocemos nuestra realidad y por eso sabemos lo que necesitamos, palpamos las comunidades realmente marginadas, sabemos que antes de ir a la escuela, las niñas y los niños no se toman ni una taza de café, no tienen ni para un pan, comen tortilla tostada y muchas veces en lo único que piensan es en terminar la secundaria, si bien les va, y migrar hacia los Estados Unidos porque piensan que van a tener una mejor calidad de vida aunque eso no sea así. Es por ello que reconocemos que es necesario arraigarlos y decir, aquí en nuestro estado, en nuestro país, en nuestro México podemos volver a recuperar toda nuestra historia, nuestra cultura y nuestros  recursos naturales pero primero tiene que venir el arraigo, recuperar toda nuestra cultura, amarla y defenderla, eso es algo de lo que le está tocando empujar al magisterio, y no sólo al magisterio oaxaqueño sino a la CNTE en si, porque aunque no todos vienen a la capital, con mucha alegría nosotras vemos lo que están haciendo en los estados. Ha habido movilizaciones en Oaxaca, Zacatecas, Quintana Roo, entonces eso nos hace sentir tranquilas, vemos que se está abriendo toda esa solidaridad y juntos/as vamos a parar las reformas porque como ya hemos dicho la Reforma Educativa, la Reforma Laboral, no sólo afectan al magisterio, nos afectan en la generalidad.
 
El disfraz mediático
 
Los medios de comunicación dicen que somos flojos, huevones, revoltosos, vándalos, no miran la esencia de nuestra lucha, que es pugnar por un futuro mejor para todas las niñas y niños, incluyendo a nuestros propios hijos a quienes nos atrevimos a dejar. Les extrañamos y nos duele terriblemente estar lejos de ellos, pero sabemos que nos entienden porque han vivido esta experiencia con nosotras, y aunque cada mañana, cada noche estamos pensando en cómo estarán, y a pesar de que muchas de nosotras hemos pasado tres semanas sin poder verlos, seguimos acá porque creemos que esta lucha es justa, que es nuestra y que la necesitamos ganar.
 
Maestra C
 
¿Por qué estoy aquí?
 
Yo estoy en esta lucha y en esta jornada, porque considero que ésta es una jornada de tantas luchas que hemos emprendido desde hace 30 años, porque pensamos que  necesitamos cambiar esta forma de vida y porque vemos que cada vez se está haciendo más grande la brecha entre los pocos que tienen mucho y los muchos que no tienen nada. Siempre he participado en el movimiento magisterial, mi madre es profesora rural y desde estudiante también participo.
 
En Oaxaca es muy común tener claridad y conciencia, nuestro contexto nos ha llevado a prepararnos más, a leer más, a unirnos más. En los últimos años mi visión se ha complementado, ahora también estoy acá como mujer, porque me di cuenta de que a lo largo del tiempo las mujeres jugamos un papel importante en la lucha social y que en los movimientos las mujeres somos las que hemos ido al frente. Por eso consideramos que necesitamos dejar de vivir en un contexto sexista y que eso se tiene que reivindicar.
 
Antes, yo siempre pensaba en los otros, pero ahora también pienso en nosotras, recuerdo que antes  decía nosotros los maestros pero ahora también digo nosotras estamos acá, con nuestra experiencia, con nuestros miedos, nuestros deseos, nuestros sueños, todo lo que traemos para transformar esta realidad. Estoy aquí porque tengo esa conciencia de que mientras no cambien las cosas también para las mujeres, desde cada movimiento social, no van a cambiar de manera general, y como integrantes de este movimiento tenemos la responsabilidad de aportar nuestra visión del mundo y visibilizar nuestra participación en la lucha social.
 
“Es necesario que alguien diga “algo” en este país”
 
Venimos en contra de las reformas porque es necesario que alguien diga algo en este país, algunos dicen que no están de acuerdo pero pocos salimos a las calles a protestar porque no nos podemos quedar calladas ni callados. En Oaxaca, estamos claros de que mientras más nos agreden, mientras más nos dicen, significa que estamos haciendo lo correcto.
 
Reviviendo la polarización mediática del 2006
 
La polarización mediática es precisamente conocer sólo una postura construida a base de mentiras y engaños y sólo dar espacios a quienes promueven reformas como la Reforma Educativa. Nosotras hemos pedido la oportunidad de decir nuestra palabra, de decir cuál es nuestro concepto de educación,  nuestra postura sobre la evaluación y la razón por la que estamos en contra de ella, necesitamos compartir nuestro concepto de aprendizaje pues aunque digan que no sabemos sobre ello, somos las maestras y los maestros quienes vemos de cerca cómo aprenden las niñas y los niños en las comunidades, sabemos que los niños tienen muchas capacidades, mucha inteligencia, que han sabido aprender a pesar de la situación crítica en que están y que ha sido la ayuda mutua y la solidaridad, lo que nos ha permitido crear nuevas formas en las comunidades.
 
Cuando yo leo el periódico todos los días veo el reflejo del 2006, eso fue lo mismo que nos hicieron hace 7 años: atacarnos, cansarnos, indignarnos, pero eso nos hizo decir basta, todo lo que se oía en las calles era, esos flojos, esos vagos, esos vándalos, que se vayan a trabajar, que no les paguen, que los saquen, son unos delincuentes, etc. Por eso las maestras decidimos tomar cartas en el asunto, se convocó a una marcha y fuimos a los medios a solicitar nuestro derecho de réplica en espacios de media hora o unos minutos pero nos fueron negados incluso en la televisión estatal que se supone es un espacio público. Por esa razón miles de mujeres decidimos tomar los medios, nos dimos cuenta de que no teníamos que pedir los espacios, mucho menos en los espacios que son del pueblo y desde ese momento nos quedamos ahí. Esa fue una de las acciones más fuertes porque atentamos con la cuestión más fundamental de este sistema que son los medios de comunicación y por eso fueron destruidas a balazos las antenas y todo lo que ya sabemos.
 
Como ahora, en ese entonces las mujeres aprendimos muchas cosas, esas son sólo algunas de las experiencias de la lucha social en Oaxaca, por eso a lo mejor muchos no nos entienden pero tenemos todas esas historias, todas esas experiencias, todos esos momentos de compartir pequeños triunfos, muchos miedos, muchos análisis de por dónde vamos a seguirle, qué vamos a hacer. Nuevamente ahora que estamos ante esta situación, nos volteamos a ver entre nosotras y sin decirnos nada sabemos del por qué estamos aquí. No sabemos qué va a pasar, está muy latente una represión más fuerte y aunado a eso, no estamos en nuestros medios, si estuviéramos en nuestros estados, sabemos que hay gente detrás de nosotras, pero yo confío en que no nos van a dejar solas y esperamos entiendan que sólo acá y sólo así podemos lograr algo.
 
Por otra parte,  confiamos en que la gente se de cuenta de que no estamos acá por el gusto, sino por una responsabilidad que tenemos con la sociedad y de verdad necesitamos mucha solidaridad en todos los sentidos, hay bebés y niños en nuestro campamento porque no hay con quien dejarlos y aunque sabemos que no deberían estar acá, lo analizamos y decidimos que es mejor que estén junto a sus madres, ni modo que sólo luchen las que no tienen hijos, las que tenemos hijos vemos en ellos la razón por la que tenemos que luchar y sólo nos queda cuidarnos entre nosotras lo más posible.
 
Por eso es necesario que se haga una lucha más amplia a nivel nacional, y termine como termine, estamos seguras que esta jornada no concluirá acá. Para nosotras es una lucha diaria que tenemos que dar todos los días en las escuelas y en las comunidades y el siguiente reto será seguirnos abriendo espacios y fortalecer nuestra lucha como mujeres, quienes muchas veces somos invisibilizadas a pesar de que al igual que los hombres estamos defendiendo nuestros derechos. Un ejemplo de ello fue también el 2006, nosotras las mujeres íbamos hasta adelante  para tratar de parar las tanquetas, fuimos gaseadas y muchas compañeras hoy sufrimos de la vista precisamente por eso, muchas compañeras se libraron de que les tocara un proyectil del gas y aunque también vivimos todo eso, hoy lo recordamos pero ya no con tanto temor porque hemos aprendido de la lucha que tenemos en Oaxaca, en donde orgullosamente podemos decir que somos un estado en resistencia y es precisamente ahí donde Peña Nieto no ha logrado, ni logrará romper el cerco que tenemos las mujeres.
 
Queremos que quede muy claro que somos también las mujeres las que impulsamos que se realicen verdaderos cambios y quienes también estamos de pie, aún con nuestros compañeros encarcelados, desaparecidos, asesinados, las mujeres somos las que damos continuidad; cuando hay un desaparecido, somos las mujeres las que salimos a la calle, cuando hay un esposo encarcelado, somos las mujeres las que salimos a dar la cara y las que damos seguimiento en esta lucha a pesar de toda la represión nosotras estamos aquí y aunque tengamos miedo, lo tenemos que vencer porque a nuestro lado siempre tenemos el ejemplo de grandes mujeres como mis compañeras que están en el campamento o las que desde nuestro estado están haciendo lo suyo, eso nos fortalece, las mismas mujeres nos fortalecemos y somos las que siempre vamos adelante.
 
[1] [2] Ramos, Jorge, “Se triplica en  tres décadas el número de maestros: Conapo”, El Universal.
 
TESTIMONIOS RECABADOS POR LA RED NACIONAL DE DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO
 
Publicado el 09 de septiembre de 2013
http://desinformemonos.org/2013/09/la-mirada-femenina-del-derecho-a-la-educacion-en-mexico-por-tres-maestras-de-oaxaca/print/