Mineros artesanales declarados ilegales. Marmato es un pueblecito enclavado en las montañas del Departamento de Caldas que ha sobrevivido económicamente de la minería por más de 500 años, sus habitantes son una mezcla de negros, indígenas, mestizos y europeos, allí está el primer asentamiento de alemanes en Colombia, en el Corregimiento  San Juan y su comunidad indígena, aunque no muy numerosa logro reconocimiento oficial hace poco de parte del Gobierno Nacional.

“Echandía” y “Cien Pesos” son las veredas donde los mineros artesanales le han arrancado, por siglos. el sustento y el bienestar para sus familias a la montaña, a través de pequeños túneles donde ponen todas sus esperanzas. Es de la imagen de esa montaña llena de huequitos, que Marmato recibe el nombre de “Pesebre de Oro de Colombia”

Marmato: un pueblo de las multinacionalesCuenta la historia que Simón Bolívar empeño a Marmato por armas para librar las batallas de la independencia y desde antes de esa época, hasta hoy, nunca han dejado sus habitantes de sacar piedras que luego son molidas y procesadas hasta encontrar el precioso mineral.

Sin embargo, la tranquilidad de este pueblo minero se ha visto afectado en las últimas décadas por cuenta de los intereses de las multinacionales que han puesto sus ojos en las inmensas reservas de oro que tiene Marmato y en las jugosas ganancias que obtendrían con su explotación intensiva y a cielo abierto, dados los precios internacionales de este mineral.

Gran Colombian Gold llego hace algún tiempo a Marmato construyendo un nuevo pueblo, en “El Llano”, para trasladar a sus habitantes porque su objetivo de explotar el mineral a cielo abierto, requería el despeje total de los habitantes. Los pequeños mineros, los artesanales, los que han trabajado por siglos en esas montañas arrebatándole a las piedras los castellanos de oro para sostener a sus familias, fueron declarados ilegales. Muy a pesar de que “Echandía” Y “Cien Pesos”, por Ley de la Nación fueron destinadas para la pequeña explotación minera, es decir la artesanal, la de sobrevivencia. Muy a pesar de que los mineros generan muchos empleos, con todos los requisitos legales, en “Echandía” son más de trescientos empleos directos. “La Locomotora Minera fue hecha para las multinacionales, no para los Colombianos. Nosotros estamos desprotegidos”, me dijo Yamil Amart, el Presidente del Comité Prodefensa de Marmato, hace dos años, cuando empecé a interesarme por el tema minero.

Ese mismo Comité que ha logrado mostrarle al mundo, a través de los medios de comunicación y de forma pacifista, la arrogancia de las multinacionales, a las que su único interés son las jugosas ganancias y que hizo reversar, a pasar de los señalamientos, el objetivo de Gran Colombian Gold de hacer la primera mina a cielo abierto del país.

Hoy, los mineros de “Echandía” y de “Cien Pesos” tienen una enorme preocupación con las noticias que han recibido de que su territorio fue hipotecado por 190 millones de dólares al fondo canadiense Equity Financial Trust Company por parte de Gran Colombian Gold, a través de Croesus S.A. y Minerales Andinos de Colombia S.A., tal como aparece en el Reporte de Anotaciones de la Agencia Nacional de Minería con fecha 1 de octubre del 2013.

Esas preocupaciones de los mineros son muy válidas porque el RPP-357 no es una sola mina, sino unas cincuenta, que llevan más de diez años explotando,  que pagan impuestos, servicios públicos y generan más de trescientos empleos, además que han solicitado los contratos de concesión ante las autoridades pertinentes y que han hecho un gran esfuerzo por cumplir con las reglamentaciones de la autoridad ambiental.

Son tan evidentes los derechos que tienen estos mineros, que la misma multinacional Gran Colombian Gold negocio con ellos hace dos años y firmó unos contratos de compra que aún no ha pagado en su totalidad, ni los intereses pactados, a los mineros que optaron por vender, porque no todos negociaron, unos porque no se pusieron de acuerdo con la oferta y otros porque simplemente no quieren hacerlo, aferrándose a esa tradición de varios siglos de arrancarle el sustento a la montaña.

h“No se explican”, me dijo Rubén Tapasco, el líder de los mineros de “Echandia”, el sábado pasado que visite a Marmato para grabar un nuevo documental que se conocerá muy pronto, “como Gran Colombian Gold y sus dueños pueden hipotecar lo que no les pertenece, porque no ha terminado de pagarle a quienes les han comprado y no han negociado con los otros propietarios sus derechos”.

Pero lo más grave es que como la primera vez, cuando empezaron a construir el pueblo en “El Llano”, no les consultaron a las comunidades si podían hacerlo. Nuevamente la arrogancia de creerse dueños y señores de todo, convierte a esta multinacional canadiense en malos vecinos de los marmateños y le resta posibilidades a otras empresas de emprender proyectos viables y social y ambientalmente realizables.

 

Por: OSCAR HERNANDO CASTAÑO VALENCIA   

Marmato: un pueblo de las multinacionales