Con gran participación de delegados  y representantes de diferentes regiones de  Colombia y países  como Chile, Ecuador, Venezuela  y Estados Unidos se realizó el  quinto encuentro del Festival de Cine y Video Daupará, en el cual se expuso una muestra en categorías como: Documental,  ficción, animación, documental  denuncia, video clip, fragmento y corto metraje; todas reflejando las realidades de las comunidades indígenas y no indígenas de diferentes regiones del país y del contexto global.

El día jueves 14 de noviembre se dio inicio al evento en la cinemateca distrital en Bogotá con la presentación del documental  “Y siguen llegando por el oro”  realizado por  el Tejido de Comunicación que muestra una de las realidades más complejas que enfrenta el pueblo colombiano y nuestras comunidades indígenas:  la  minería que ha  llegado a nuestros territorios saqueando a la Madre Tierra, agudizando el conflicto armado, desplazando a la comunidad campesina e indígena y  exterminado a nuestros pueblos  y naturaleza, contaminando y  gastando millones de litros de agua, un bien preciado no sólo para las comunidades indígena sino para toda la humanidad en el  planeta.

Frente al documental uno de los participantes opinó “ esta problemática de extracción minera no es solo del Cauca, también se vive en Cajamarca Tolima con el proyecto La Colosa, en el Huila con la empresa Hidro Ituango, en la Guajira con el  Cerrejón,  en Córdoba  con el proyecto Cerro Matoso; pero también en los países latinoamericanos  y a nivel mundial” Comentó también que “la tecnología ha evolucionado sorprendentemente, pero hasta el momento no hay ninguna que pueda  servir para  inventar el agua. En cambio  los minerales, específicamente  el oro sirve solamente para algunas funciones  de fibra óptica de los celulares, computadores  y electrodomésticos, pero  la mayor intención es  guardar en los bancos como  moneda estable”.

Otra de las presentaciones  que despertó muchas voces entre los participantes fue el documental “No hay dolor ajeno” de Marta Rodríguez, que revive la triste historia de Maryi Vanesa Coicue   hija del comunicador indígena Abel Coicue  del Tejido de Comunicación, asesinada en el año 2011 en medio de enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército. Por otra parte este documental  muestra las violaciones a los derechos humanos y de todas las formas de vida en nuestros territorios que años tras años  han cobrado con sangre indígena. Una guerra constante  hecha por  los gobiernos por medio del ejército y las leyes despojadores, por guerrilleros que hace décadas olvidaron las razones de su origen, por paramilitares al servicio de empresas locales y transnacionales y narcotraficantes que usan y justifican cualquier medio para su fin de alcanzar poder económico y sirven directa e indirectamente a los más poderosos del mundo, los principales mafiosos que controlan el mercado de la guerra  y la droga para permitir el desarraigo de nuestros pueblos.

También se presentaron durante la trayectoria  del festival del Daupara trabajos de ficción relacionados  con nuestras culturas, costumbres, vivencia y naturaleza. Historias contadas y actuadas por protagonista de las mismas  comunidades para narrar con imágenes lo que en un momento  no  registra las cámaras y son importantes para revivir  las historias.  Además permite mostrar problemas complejos  de manera didáctica, que sirven para generar el debate y la reflexión en nuestras comunidades como cuestionarnos las acciones, los pasos que realizamos en las comunidades a las que tal vez estamos acostumbrado y no siempre corresponden con lo que necesitamos comunidades, en la necesidad constante de procurarnos una mejor convivencia y una vida digna en nuestros territorios.

Durante  las presentaciones de documentales también se mostraron imágenes relacionado con la chagra, y la pacha huasi, (casa grande) que nos muestra la otra forma  de resistir al modelo capitalista a través de las siembras de productos propios, cría de animales, siembra  y conservación de nuestras plantas medicinales  para seguir perviviendo con nuestro propio trabajo y cultura.  También es una forma de cuidar la Madre Tierra,  cuidar los sitios sagrados, comunicarnos espiritualmente con ella a través de los rituales e invocar y enseñar  a las nuevas  generaciones  que de ella  hemos vivido y a ella pertenecemos.

Otros de los puntos  que se resaltó en el festival fue el conversatorios sobre documentalistas indígenas. Cómo y para qué mostrar imágenes dentro y fuera del territorio que muestren vivencias, culturas y problemáticas que existen en cada ámbito del territorio indígena y no indígena. Rosaura Villanueva de Cine Minga y colaboradora del evento  habló desde su  experiencia cinematográfica  de formar a un público técnico y político desde la  mirada indígena partiendo de un espacio espiritual.  “Para poder contar historias hay que haberlas vivido” comentó  Diana Fernanda Baquero,  una joven indígena del Meta “debido a que todas las historias están  en las comunidades y son importantes contarlas desde y para la comunidad”.

Geodiel Chindicue, un realizador indígena de Tierradentro Cauca habló sobre ‘las verdades de nuestra imaginación’ que sirven para hacer memoria y no olvidar historias importantes  que acontecieron en los territorios.  Nasa Pio Quinto the wala y actor principal de la película Raíz del conocimiento, interpretando el papel de Manuel Quintín Lame, afirmó que es necesario revivir las historias para nuestras comunidades.

Finalmente el encuentro  se dio por terminado con un pequeño debate propuestas y sugerencia de los participantes para realizar el próximo encuentro de cine y videos indígena Daupará  que próximamente se realizará en Putumayo y Nariño.

Tejido de Comunicación ACIN