La Ley de Semillas de Monsanto para Argentina es similar a la legislación que llevó a la privatización del agua de lluvia en Bolivia. Los alcances de la Ley de Semillas incluyen penalización a los agricultores orgánicos y a cualquier ciudadano

argentino que utilice cualquier semilla de cualquier vegetal no patentado por Monsanto, con intervención de la Justicia, la policía y el ejercito de ser necesario. Además, otorga atribuciones al Estado para violar flagrantemente la propiedad privada con la excusa de hacer “inspecciones” mediante un organismo totalitario del gobierno, y la violación a los Derechos Humanos y biológicos de poder acceder a las semillas que brinda gratuitamente la naturaleza. En otras palabras, la Ley es muy similar a la que privatizó el agua de lluvia en Bolivia.

 El experto argentino Luis Echevarría indica que la Ley de Semillas de Monsanto promovida por Cristina Fernández de Kirchner y la UCR puede ser analizada bajo dos perspectivas, lo escrito y el “espíritu del proyecto”. “Como entiendo que la reforma trasciende la idea de una innovación de avanzada, elijo dar mi visión sobre el espíritu del proyecto y bajo la óptica de las consecuencias prácticas que tendría. Sobre esta idea, creo que nos permitirá descodificar la trama oculta de la legislación y que está relacionado con la dependencia monopólica de alimentos que generará una destrucción de pequeños productores, la agricultura orgánica sostenible con sus naturales consecuencias sobre la sociedad en su conjunto”.

El profesional recuerda que las semillas son seres vivos y fuente de toda vida. Y que por lo tanto deben ser “inviolables”. El proyecto de Ley de Monsanto otorga a las corporaciones “un manto de protección legal sobre la propiedad intelectual otorgándoles derechos de patentar la vida, hablamos de la naturaleza misma y es abarcativo a todas las especies vegetales”. Si la Ley humana van contra las leyes de la Naturaleza se transforman en “la antítesis de la vida”, vulnerando los derechos ancestrales, confiscando la soberanía alimentaria y amenazando la seguridad alimentaria mientras profundiza la desconexión del ser humano con su alimentación natural orgánica, y la naturaleza misma que hizo posible la vida. La ley de semillas de Monsanto impulsada por el gobierno kirchnerista junto al silencio de la pretendida “oposición” destruye las nociones básicas de la Ley existente que declara expresamente no patentables a las variedades vegetales, plantas y semillas. El anteproyecto de reforma es claramente funcional a Monsanto y obedece a los bancos multinacionales que buscan beneficiarse directamente mediante semilleros y las empresas biotecnológicas, “NO la sociedad”, aclara Luis Echevarría.

Semillas, fuente de la vida

La Ley de Semillas autoriza a Monsanto a patentar la vida. “Y esto es así porque las semillas, son una herramienta de dominación Global y en la agenda pública Argentina apuestan a un modelo que pretende imponer un colchón transgénico desde la Quiaca hasta Usuhaia”. Si los diputados y senadores aprueban la Ley, no sólo sería un “aporte” para la privatización mundial de los alimentos, sino además la prohibición de los cultivos naturales orgánicos. Según el experto: “esta en juego el control y dependencia alimentaria”.

Las semillas y la naturaleza tal y como la conocieron nuestros ancestros hicieron posible la vida en la Tierra. “Son la punta del Icerberg evolutivo, para que lo entiendan, y no existe ninguna investigación científica sobre el impacto real de introducir semillas genéticamente modificadas en la naturaleza, porque no se conocen sus consecuencias en el resto del Iceberg”, comenta la bióloga molecular Elizabeth Daecher, columnista de BWN Argentina, “por este motivo los Rothschild y los Rockefeller admitieron públicamente que están guardando bancos de semillas, por `si se les va de las manos'”.

“Las semillas son sagradas, por lo tanto hablar de semillas estamos referenciando alimentos y para poder manejar los alimentos hay que controlar las semillas debido en que es el primer eslabón de la cadena alimentaria”, continúa el ingeniero Luis Echevarría, es necesario comprender esto, para entender “el siniestro trasfondo” que plantea Monsanto, “la privatización de la naturaleza basada en la libertad de los mercados y encubierta a través de la llamadas patentes y los derechos de propiedad intelectual”.

Con la Ley de Semillas de Monsanto se perjudica a los agricultores medianos y pequeños. Los únicos beneficiarios son los 4 grandes productores del país.

Asimismo, el proyecto de Monsanto viola un derecho fundamental de los agricultores, el de seleccionar e intercambiar las semillas libremente.

Tampoco podrán utilizar semillas gratuitamente. Si el Estado aprueba esta Ley los productores serán obligados a pagar regalías “de por vida” a corporaciones como Monsanto, que se ampararán en el derecho de propiedad intelectual de semillas patentadas. Cualquiera que evada la Ley totalitaria de Semillas de Monsanto será perseguido como un criminal, denunciado, juzgado y sentenciado. “El proyecto de Ley, no es un caso aislado sino que se está multiplicando en el mundo como regadero de pólvora por encontrarse inserto en un escenario internacional de dependencia, Colombia refleja esa cruda y brutal historia con el documental 9.70. (Aclara que no es recomendado para gente sensible)”, indica Luis Echevarría.

La nueva Ley no asegura a los productores agrarios la identidad y calidad de la simiente ni defiende la propiedad de las creaciones fitogenéticas, es decir la aplicación del conocimiento científico para mejorar genéticamente el cultivo. Es una estrategia para otorgar poder absoluto sobre las semillas a las grandes corporaciones y bancos extranjeros. “(…) las multinacionales aplican la estrategia criolla del tero, gritan en un lado y ponen los huevos en otro, SU NIDO. La Ley de Patentes, está diseñada para tomar el control de la alimentación del planeta, es decir que a través de la invención de la Bio Piratería buscan arrebatar los derechos ancestrales de nuestra madre naturaleza que es patrimonio colectivo de la humanidad y que han pasado de padres a hijos durante miles de generaciones (…)”, señala el experto.

Esclavitud Genética

Al legalizar la privatización de nuestro patrimonio genético de las semillas, se está otorgando el control de los alimentos a las corporaciones transnacionales. La Ley de Semillas de Monsanto fue diseñada, “con algunas concesiones transitorias para descomprimir presiones” con motivo de encubrir un certificado de defunción a las semillas naturales orgánicas, un regalo de la madre Naturaleza y un eslabón fundamental en la cadena de la vida. La finalidad de Monsanto es “prohibir todas las semillas tradicionales y autóctonas” utilizando la propaganda de un “paquete tecnológico”.

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BWN Argentina
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