Tres años después del  ataque a la población civil de Toribio en un chiva-bomba. El Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC, hoy 9 de julio recuerda al mundo entero, que el ataque a la población civil de Toribio Cauca con una chiva-bomba, es una de las peores tragedias ocasionadas por la guerra a una población indefensa. Un total de 460 casas dañadas, 103 heridos y 3 muertos fue el balance, hoy 3 años después, seguimos recordando las víctimas y el impacto de esa guerra ajena en nuestros territorios.

Proyecto Nasa es el nombre  dela Asociación de cabildos de Toribio, Tacueyo y San Francisco. Su sede física se ubica en la manzana de la cabecera municipal del municipio de Toribio en donde quedan también la alcaldía, la casa de la cultura, la capilla católica junto con la parroquia y la casa del movimiento juvenil, así como la procesadora de fruta y producción de jugos F´xize, además de algunas viviendas. Esta manzana colinda en forma diagonal  por su vértice Nororiental con el puesto de policía. El proyecto Nasa queda por la misma calle que, en una pequeña pendiente, en la siguiente esquina encuentra dicho puesto. Por esta calle bajó la “chiva” cargada de explosivos que aproximadamente a las 10 de la mañana del día sábado 9 de julio de 2011 fue estrellada por las FARC contra las trincheras que cubrían el puesto y estremeció al pueblo causando varios muertos y un gran número de heridos tanto de la población civil como de la policía. Un diario de circulación nacional dijo al otro día que la chiva es un pequeño vehículo, confundiéndolo tal vez con un jeep, cuando en realidad es más grande que un bus normal, lo que en otras partes del país llaman “bus escalera”.

Al momento de la explosión me encuentro en las oficinas del Proyecto Nasa, terminando de organizar los papeles para recibir una auditoria de un proyecto en el que trabaje el año pasado. La casa del proyecto Nasa tiene dos plantas; en la primera se encuentra la droguería y la tienda cooperativa junto con su bodega.  En la segunda se encuentran las oficinas de la coordinación general, la tesorería, la secretaría, contabilidad y presupuesto, educación y la emisora nasa. Antes de la bomba ya se había iniciado la balacera, pero lo tomamos como un cotidiano hostigamiento que seguramente pronto pasaría; algunos compañeros y compañeras, que se encontraban en el segundo piso, como precaución bajaron al primer piso, pero otros continuamos en nuestras labores; la secretaria se preocupó porque su pequeño hijo acababa de salir hacia la casa por lo que corrió a alcanzarlo para que regresará a la oficina, lo cual alcanzó a lograr.

Cuando se produjo la explosión, instintivamente nos acurrucamos al lado de los escritorios y luego corrimos hacia el primer piso, a la droguería.  Al terminar de bajar las escaleras tuvimos que pasar por encima de la puerta metálica de la bodega de la cooperativa, la cual había sido tumbada por la onda explosiva. En la droguería había más de 15 directivos y trabajadores del proyecto Nasa. Algunas personas tenían sangre, por los efectos de los vidrios o de los pedazos de teja que habían pegado en sus cuerpos.  Uno de los más afectados era Manuel el locutor de la emisora Nasa, al que le habían caído los equipos encima; tenia herida graves en la cara y en las manos; las auxiliares de la droguería luchaban para parar la hemorragia en la mano. Dos pequeños niños estaban en los brazos de sus madres y parecían desmayados. Gabriel, coordinador de derecho propio del proyecto Nasa y exalcalde de Toribio, tenía heridas de vidrio en la cara.

Me ubique al lado de una columna, dándome cuenta que estábamos en una situación grave no solo por los hechos que acabo de narrar sino por los rostros de cada uno de los presentes que no podían ocultar su preocupación. Había estado presente durante tres o cuatro hostigamientos anteriores, pero ahora las expresiones de los rostros eran distintas. Algunas personas lloraban. En lo fundamental no era preocupación por ellas mismas sino por sus familiares, ya que muchas tenían allí mismo en la cabecera sus hijos e hijas, padres, esposas o esposos, y podían estar en situaciones graves.  Algunos llamaban por celular; como escaseaban los minutos disponibles preste mi móvil a dos o tres personas.  Recibí una llamada de Popayán, pero no conteste para no preocupar al familiar que la hacía ya que seguramente no sabía de lo que estaba pasando. Desde el momento de la explosión, la balacera no había cesado e incluso se oían otras explosiones. Muy pocas personas salieron del sitio donde estábamos, a excepción de dos compañeros de la guardia indígena que preocupados porque no llegaba la misión medica se fueron a llevar en sus motos a Manuel y a un padre con uno de los niños que se encontraba más afectado. Dos señoras indígenas, con las manos en posición de alabanza, rezaban a grandes voces y se movían, diciendo insistentemente: “gracias Dios Mío. Protégenos Señor”: así estuvieron todo el tiempo.

Gabriel, con unas pequeñas curaciones en las heridas de su rostro, había asumido la tarea de centralizar la información. Se había comunicado con la enfermera jefe del hospital dela IPS del CRIC y con el hospital Cxayu´ce Jxut, ambos de Toribio. Logró un primer dato, con los nombres de 33 heridos y de dos muertos. Dimos la información al programa de comunicación del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC con el que nos logramos comunicar y varios directivos dela Asociación de cabildos del Norte del Cauca ACIN, de los cuales Gabriel comenzó a recibir llamadas. Luego, comenzaron a llegar llamadas de varios medios de comunicación.

Aproximadamente a las dos horas de estar allí, la guardia indígena indicó que todas las personas nos teníamos que trasladar al hospital dela IPS de la ACIN ya que este al encontrarse en la parte externa del pueblo podía brindar alguna seguridad.  Desde el hospital además se podía señalizar la misión médica y hacer visible la población civil; en todo caso, luego de que estuviéramos en el hospital, se facilitaría el traslado al sitio de asamblea permanente (CECIDIC, en el resguardo de San Francisco). La balacera ya se había atenuado en buena parte, luego de su intensificación por la llegada del helicóptero dela Fuerza Pública y del bombardeo sobre posiciones que seguramente consideraban estratégicas.

Salimos hacia el hospital dela IPS, acompañados por algunos de los integrantes de la guardia indígena, en tanto que esta continuaba de casa en casa indagando si había heridos o personas para auxiliar e invitando a todos a desplazarse hacia el lugar ya indicado. La balacera aún continuaba. Estando allí, Gabriel revisó y complementó la lista de víctimas. Se realizaron algunas reuniones cortas entre las autoridades indígenas que allí se encontraban, y se trasladaron los heridos más graves en las ambulancias de la misión médica hacia el Hospital Cxayu´ce Jxut.   Tanto la consejería dela ACIN como la consejería del CRIC habían informado que venían en camino, por lo cual se decidió esperar e iniciar reunión a las dos de la tarde.

Decidí volver al centro del pueblo, pues tenía dudas de si la oficina había quedado abierta, y también para buscar mi maleta. Con algunos compañeros de la guardia cívica y de la coordinación del Proyecto Nasa ingresamos a la sede del  mismo que se encontraba siendo resguardada pues se habían  presentado algunas escenas de saqueo en unas casas y negocios, seguramente por personas de la población civil. Tuvimos que empujar bastante y forzar la puerta de la oficina en la que tenía los papeles, la cual había quedado bloqueada y no habría con la llave. Los vidrios y las tejas sobre los escritorios y el piso daban una impresión de caos total. En las otras oficinas se presentaban escenas similares. Dado que gran parte del techo se había caído, entre el administrador del Proyecto Nasa y la secretaria se decidió pasar los equipos a una a un cuarto del primer piso convertida en bodega, en donde se estaban arrumando computadores, impresoras y otros elementos de oficina. Los papeles de los AZ que estábamos trabajando habían quedado por el suelo desparramados, llenos de polvo, debajo de las tejas y los vidrios; recogimos pedazos de teja, de vidrio, y echamos los papeles en una caja. Los AZ que estaban en los estantes, quedaban en lugar destechado por lo cual fue necesario moverlos; trasladamos los escritorios quedando uno junto a otro en lo parcialmente techada de la oficina, sobre ellos colocamos en arrume los AZ; el administrador del Proyecto Nasa coordinó con la guardia para la consecución de plástico de manera que se pudiera en primer momento cubrir estos arrumes de AZ y, luego, hacerlo sobre toda la oficina, reemplazando el tejado, ahora inexistente.

Salí, pensando regresar, en búsqueda  de mi maleta hacia la casa cural en donde me habían dado alojamiento durante la semana, ya que proyecto Nasa y parroquia hacen parte del mismo proceso desde que el padre Álvaro Ulcue lo fundó en conjunto con los cabildos a mediados de la década de 1980. La casa cural estaba completamente destruida, sin techos, sin vidrios, y con columnas y paredes afectadas. A la hora de la explosión se celebraba la misa en la capilla y los feligreses fueron calmados por el padre Elzio, párroco que valorando y tomando como ejemplo la vida del padre Álvaro, ha asumido el acompañamiento cristiano a la dinámica organizativa de los Nasa. Recogí mi maleta, y di un recorrido a la edificación: en la iglesia las estatuas estaban destrozadas y por los suelos; los dormitorios sin techo completamente y las camas llenas de pedazos de teja, algunas de ellas destruidas y con toda su estructura por los suelos, la cocina y el comedor inundados; en igual estado estaba la parte de la parroquia en donde se ubica la casa del movimiento juvenil, los jóvenes no se hallaban allí ya que ese día habían salido temprano para el resguardo de Munchique, en Santander de Quilichao, a una reunión zonal de este sector poblacional.  En un cuadro surrealista, la transmisión de la chiva quedo incrustada  a una altura de tres metros en una de las paredes de los patios que se ubican en la dirección del puesto de policía, se me hacía imposible que esta pieza de casi media tonelada hubiera volado por los cielos tal vez a alturas mayores de50 metros y se hubiera desplazado hasta allí; pensé en la gente que estaba en la capilla, sí esta pared milagrosa no se hubiere atravesado quizá la transmisión hubiese avanzado hasta ellos, aumentando enormemente la tragedia. Cuando venía caminando desde la IPS, había encontrado sobre la vía, tres cuadras arriba el bunker y dos cilindros; igual me alegraba de que no hubieran caído en las casas, ni sobre algunos de los transeúntes.    

Al salir de la parroquia me acerque a uno de los toldos de comida, que ya empezaba a reorganizarse y a vender almuerzos, luego de varias horas de atraso. Estos toldos se ubican en el costado sur del Parque central de Toribio que los días sábado es convertido en plaza de mercado. Los indígenas que habían traído sus productos agrícolas como yuca, plátano, frutas, hortalizas, los habían dejado abandonados y ahora volvían a mirar si todavía estaban allí, aunque sabían que difícilmente podrían venderlos; me acorde de Borinquen… la canción. Los carniceros todavía tenían allí la carne colgada sabiendo que la perdida para esta semana era fija; un pensamiento oportunista paso por mi cabeza: “seguramente me puedo llevar unas libras a mitad de precio”, pero ni siquiera eso hice, porque no sabía si ese día podía salir o no de Toribio. Uno de los carniceros había sido muerto por la explosión de un cilindro, de los arrojados por la chiva bomba, que cayó a su lado; vi su cadáver en la mañana, al ir para la IPS, en el mismo sitio del suceso, estaba cubierto buena parte del mismo con la carne de su toldo que había  caído sobre él, como abrazando la desgracia de los civiles; a esta hora ya habían hecho el levantamiento.   

REACCIONES ORGANIZATIVAS INICIALES
Cuando me percate de la hora, estando almorzando, ya eran las tres de la tarde, así que no regrese a la oficina sino que me fui para la IPS donde se había quedado de reunir las diferentes instancias organizativas. Allí estaba el Proyecto Nasa en pleno, su coordinación, sus comités de transporte, de educación, de salud, ambiental, la comercializadora, la IPS, la droguería, la emisora, el CECIDIC, la guardia indígena, los gobernadores de los tres cabildos, la parroquia, … algunos habían regresado desde Cali o desde Santander de Quilichao inmediatamente se enteraron del ataque; también estaba el alcalde y algunos empleados de la alcaldía; ya habían llegado la consejería mayor dela ACIN y la consejería mayor del CRIC.  Se decidió por los asistentes la atención inmediata a las víctimas y medidas para superar la emergencia humanitaria que se estaba dando; a pesar de que se presentaban viviendas ampliamente afectadas, la mayoría de las personas no aceptaban salir a albergues provisionales por lo que la atención se tenía que volver personalizada, ya la guardia indígena había hecho un primer inventario de necesidades por familia. Cada comité o programa y la alcaldía colocaron a disposición de la emergencia los elementos disponibles y que podían ser útiles: plástico, colchonetas, alimentos, agua…; se definieron equipos para trabajar y un plan mínimo hasta el siguiente martes, cuando este se podría modificar pues ya empezarían a llegar las ayudas y las instituciones y organizaciones de apoyo humanitario. Este plan se previó para día y  noche y exclusivamente desde esfuerzos locales, ya que las acciones a realizar eran inmensas. Por otro lado se expresaba por algunos la preocupación por que aprovechando la noche la guerrilla volviera a hostigar en replica permanente, como había pasado años atrás cuando los ataques se presentaron de manera continua durante aproximadamente una semana.   

El comunicado salido de la reunión y firmado por el CRIC, la ACIN y la Asociación de Cabildos de Caldóno, denuncia el hecho, actualiza la información: civiles “muertos Jesús Muñoz y Diego Penagos, heridos 73 comuneros indígenas”,  policías “un muerto y tres heridos”, señala que estos hechos atentan contra los procesos propios de las comunidades, indica que a la misma hora del ataque en Toribio se presentaron ataques en Jambaló, Corinto, Mondómo y Siberia “lo que nos muestra que trágicamente la estrategia de las FARC se está concentrando en los territorios indígenas”, cita a todos los cabildos a una audiencia que defina la respuesta desde las comunidades a estos hechos, exige el respeto al DIH y reclama la realización de diálogos humanitarios, constata que ni la insurgencia  ni el gobierno están interesados en la solución política del conflicto armado y llama a la construcción desde la sociedad civil de una salida que obligue al cese de la guerra.
 
Es vergonzoso constatarlo pero es cierto. Unos somos acompañantes ocasionales y los habitantes quedan con su dolor y su tragedia, y con su fuerza y capacidad para solucionarla, siendo estas en el caso de Toribio, tanto por el lado de las debilidades y amenazas como de las fortalezas y oportunidades, muy grandes. Logre salir en uno de los carros, de quienes habían venido desde Popayán, esa misma noche.

POLITICAS DE TIERRA ARRASADA
Al siguiente día vi en noticiero nacional de TV al Presidente de la Republica en una reunión en Popayán mostrando unas imágenes filmadas desde helicóptero artillado de la fuerza pública con unas voces que dentro el mismo aparato señalaban que los guerrilleros estaban disparando desde las casas, y mostraban una casa de bareque en zona rural de Toribio, en medio de ruidos de balacera. El presidente Santos dijo de manera contundente tomando como referencia el video: “de aquí en adelante la Fuerza pública va a destruir cualquier casa que sea utilizada para atacar a la Fuerza pública o a la población civil”. Política de tierra arrasada pensé. Anunció también la instalación inmediata de un batallón de alta montaña en el resguardo de Tacueyo del  municipio de Toribio.

Ante las críticas recibidas por el presidente, y en general el rechazo a esta medida de destrucción de casas como violatoria del DIH, el presidente salió a aclarar a los medios que él jamás ordenaría una medida que fuera en contra de la población civil; que lo que ha afirmado es que para garantizar el imperio de la ley hay que hacer uso de la fuerza cuando esta sea necesaria, incluido en ello operaciones militares contra inmuebles desde donde está saliendo los ataques siempre y cuando no se ponga en riesgo a la población civil. Por su parte el ministro de defensa afirmó que la destrucción de las casas usadas para cometer ataques solamente se utilizará con una orden judicial.

No sé cómo le sonaron estas explicaciones del Gobierno nacional a la opinión, pero en mi caso, me parece que se buscó enmendar un error pero sin reconocerlo, lo cual no disminuye los peligros iniciales del mismo. Cuando se dice “de aquí en adelante” o “destruir cualquier casa que sea utilizada para atacar…” no se están haciendo contextualizaciones que permitan salvaguardar la población de acuerdo con los principios de proporcionalidad, distinción y protección; claramente se ordena: todas las casas desde donde se lancen ataques serán destruidas.  Cuando se dice que se hará con orden judicial puede significar dos cosas: a) el juez va acompañando el operativo y seguramente no podrá medir las consecuencias sobre civiles pues no conoce las circunstancias concretas que se presentan en la vivienda ni quizá en sus alrededores; si da la orden, eso significará una protección legal para dicha operación militar, pero en ningún momento llevará a la observancia y garantía del DIH; b) la orden se da luego de la operación militar, puesto el juez ya en contexto y seguramente con pruebas de que desde esta casa se disparó;  pero en este caso, esta destrucción no sería ya necesaria en la medida en que ya no hay combate; además ello significaría una retaliación contra la población en la medida en que no existe ninguna ley que  penalice los bienes lícitos de las personas, aunque si a las personas cuando se les comprueba delito.

Relacionando las dos medidas, el anuncio de la destrucción de casas y la construcción del batallón de alta montaña, no se puede dejar de pensar en la mentalidad con la que llegaría este batallón, que con estas órdenes precisas sabrá que cuenta con potestad para destruir viviendas y bienes civiles, pero sobre todo interpretará que la población es parte del conflicto.       

De manera paradójica, mirado desde el punto de vista de que los extremos coinciden, las FARC aplican acciones y plantean destrucción de viviendas. En comunicado emitido luego del ataque e Toribio, esta organización señala que “muchas de las casas que resultaron afectadas por el ataque habían sido alquiladas o cedidas por sus dueños a miembros de la policía nacional y el ejército quienes las estaban habitando en el momento del ataque”.  Más de cuatrocientos casas fueron afectadas; las muchas que dicen las FARC cuántas son, las cuatrocientas? Doscientas? Cien? Cincuenta? Veinticinco? Cinco? Dos? Una? Quizá el dato exacto no signifique más que una búsqueda de justificación a posteriori ya que está claro que  la chivabomba no tuvo un impacto focalizado sino indiscriminado contra todo el pueblo. El comandante de las FARC, Manuel Marulanda, dijo en el Caguan durante el proceso de paz, ante una pregunta de los periodistas qué esta organización  no se comprometía a terminar con el uso de los cilindros pero si a afinar la puntería;  conclusión: no han afinado la puntería y parece que en realidad no le interesa.

Las FARC llaman la atención a los medios porque “no han hecho alusión a las decenas de bajas producidas, entre policías y miembros del ejército, así como a la infraestructura militar atacada”.  En realidad la información sobre afectaciones militares de parte y parte es la que ha circulado oficialmente y regularmente no hay como ir más allá pues es información que los actores se reservan y manejan estratégicamente; en todo caso en cuanto a infraestructura militar los daños fueron en las trincheras, pero en lo que se puede observar del puesto de policía, este se conserva intacto. Así que no se entiende de qué manera, más adelante en el comunicado, las FARC señalan como tarea de protección de la población civil “impedir la reconstrucción del puesto dentro del área urbana”; parece que se quisiera evaluar y actuar por parte de las FARC de acuerdo al resultado previsto de sus acciones y no de las realmente obtenidas.  

Lo que más causa perplejidad en este comunicado son las expresiones respecto al DIH y la calificación de las acciones contra la población como efectos colaterales del conflicto. Habría que preguntarse qué hacer con un conflicto de décadas que lo único que produce son efectos colaterales. En cuanto el DIH, puede pensarse incluso que es positivo que las FARC estén tomándolo como referencia y que hagan citas de la Constitución colombiana; sin embargo es lamentable que lo hagan solamente para justificar sus infracciones al mismo, con el argumento de que la fuerza pública lo viola. Es un principio del DIH que una de las partes no puede invocar su no observancia por la otra parte para justificar su infracción. Suena cínica, la aseveración de que el único responsable de los daños a la población civil es el Estado colombiano por mantener unidades militares en medio de la población civil. Sin desconocer que el Gobierno está pasando por encima de la autonomía de las comunidades y del DIH con la construcción de puestos de policía en las cabeceras, es claro que cada actor debe asumir responsabilidad por lo que hace y que su deber es evitar sufrimientos innecesarios a la población civil. En este conflicto armado, si queremos avanzar en su solución, debemos empezar por exigir a cada actor que no diluya sus responsabilidades ni mucho menos se considere por encima del bien y del mal.     

Es difícil aceptar,  por contradictorio, el penúltimo párrafo del comunicado de las FARC en el que se llama al diálogo entre el gobierno y la insurgencia, señalando que el conflicto social y armado no se resuelve con más bombas y más balas. No es posible entender que la misma organización que en párrafos anteriores está defendiendo y anunciando más acciones de esta clase, ahora señale que este no es el camino.
MINGA DE RESISTENCIA POR LA AUTONOMIA TERRITORIAL Y POR EL CESE DE LA GUERRA        
La audiencia citada por el CRIC, en conjunto con la Asociación de cabildos del Norte del Cauca y la Asociación de cabildos de Caldóno es realizada en el marco de una Junta Directiva de cabildos regional durante los días 19 y 20 de Julio. El día 20 la audiencia se amplía con sectores sociales y organizaciones de derechos humanos. Salgo en el transporte programado desde Popayán por el CRIC, el día martes.    

La audiencia sesiona con más de cuatro mil personas, provenientes de todo el Cauca. Impresionados todos visitan los símbolos de la tragedia y de la ignominia. No hay visitas programadas sino que cada uno ve ello al caminar por Toribio. El día martes luego de los saludos y presentaciones de delegaciones se organizan las comisiones; no hay temas específicos para cada una, se trata de buscar respuestas desde la comunidad a esta situación. Los gobernadores de cabildo sesionan en una comisión. La guardia indígena acompaña las diferentes sesiones a la vez que está pendiente de apoyar los asuntos logísticos.

En las comisiones hay tristeza, rabia. Se habla de la familia, de la vereda, de la guardia, de la comunidad, del cabildo, de las organizaciones zonales y del CRIC, de la medicina tradicional, de la minería, de los cultivos de uso ilícito, del desempleo, de la pobreza, de los puestos de policía en las cabeceras y del batallón de alta montaña previsto para Tacueyo, de los milicianos, de la guerrilla, de la guerra, y de la paz. Unos miran hacia adentro, otros hacia fuera, otros para acá y para allá; en todo caso, se ve que la armonía y el equilibrio se han perdido. Algunos piden la palabra para decir que no se hable más, que hay que actuar ya, que las palabras quedan en el papel.

Las propuestas de cada comisión son llevadas a la comisión de los gobernadores y se incorporan al análisis que allí se viene haciendo.  Los gobernadores acuerdan las propuestas finales, terminando casi a las 12 de la noche del primer día. Al día siguiente, a primera hora se vuelven a reunir los gobernadores y los relatores de las comisiones y se da la aprobación del documento resumen que será presentado a la audiencia. No es un documento corto, seguramente es difícil sacar en pocas palabras el dolor, la rabia y la tristeza, junto con  la esperanza y la propuesta creíble por un mundo mejor. Seguramente es difícil expresar en pocas palabras los sentimientos, .las urgencias, las visiones, tal vez encontradas, de más de cuatro mil personas, junto con las urgencias y las visiones planteadas en los congresos del CRIC, el programa de lucha, los mandatos salidos de estos espacios, y que son el marco en que se mueven los gobernadores en la Junta Directiva.  
El documento salido dela Junta directiva del CRIC se titula: “terminar la guerra, defender la autonomía, reconstruir los bienes civiles y construir la paz”. Se habla no solo desde Toribio sino del Cauca indígena, desde Caldóno, desde Corinto, desde Jambaló, desde Tierra-dentro, desde la Costa Pacífica, desde el Macizo, desde la dignidad que se manifiesta en lucha social y resistencia no violenta. Retoma los mandatos anteriores en torno a la paz y la guerra, los reafirma, los hace conocer del pueblo colombiano y de la comunidad internacional. Plantea acciones a realizar desde las comunidades y reclama solidaridad con los indígenas, a la vez que llama a la sociedad colombiana para construir la paz de manera conjunta. Denuncia la guerra y los intereses que la promueven desde actores interesados en el territorio de indígenas, campesinos y afros. Plantea una gran minga de resistencia por la autonomía y la armonía territorial y el cese de la guerra.  

Las conclusiones dela Junta directiva del CRIC expresados en el documento son avaladas por todos los participantes. Algunos de quienes intervienen se preguntan sin embargo si acaso las propuestas no son las mismas que se vienen haciendo desde décadas anteriores. Dicen que si ello es así seguramente vamos a seguir en las mismas. Palabras duras, pienso; sin embargo, si la guerra está ahí, si el desconocimiento de la autonomía ha seguido, seguramente las propuestas no pueden cambiar en lo fundamental. Lógico que hay que tener en cuenta, analizar, porque no se ha podido ser más incidente; ello en todo caso se hizo en las comisiones; las conclusiones por ello van más allá de ratificación de los mandatos anteriores. Debato con alguien mientras escucho a quien interviene en la tarima: lo nuevo es la minga. La minga como un proceso permanente y envolvente que nace en la comunidad, avanza, junta, convoca, integra, se manifiesta en la educación, en la familia, en la economía, en los jóvenes, las relaciones de género y de edades, va más allá de lo indígena, llega a las ciudades, camina pero no abandona los lugares que va ocupando;  minga cuyo objetivo, que no se pierde vista, es por la autonomía territorial y por el cese de la guerra.

Ahora que esto escribo me imagino a los delegados y delegadas ala Junta directiva hablando con sus comunidades, tal vez riendo, tal vez preocupados, tal vez preguntándose ¿seremos capaces?. -Sé que eso ya es parte de la minga.      

 

Henry Caballero Fula
Popayán, Julio 09 de 2014
Henry Caballero Fula

 

http://www.cric-colombia.org/portal/cronica-de-un-cronico-conflicto-2/