Cuando Juan de Dios Cometa inició su camino de lucha, el movimiento indígena no era famoso internacionalmente, y no había cubrimiento radial ni telivisivo de las acciones de protesta o de recuperación de las tierras de resguardo.

 
De esa época provienen el documental “Nuestra Voz de Tierra”, y la marivillosa imagen de Cóbalo en blanco y negro – ambos trabajos producidos por el lente de Jorge Silva () y Marta Rodriguez de Silva.
 
Eran los años setenta en una región feudal y señorial que despreciaba a los “indios” desde su encumbrada capital blanca.
 
Juan de Dios Cometa, con ese eco católico en su nombre, hizo parte del puñado de hombres y mujeres que valerosamente fundaron uno de los mayores movimientos indígenas del continente, el Consejo Regional Indígena del Cauca.
 
Fue el promotor de procesos organizativos en todo el país.
 
Tuve el honor de ser su aprendiz, cuando él promovía la enseñanza de la ley 89 de 1890 entre las comunidades indígenas de la costa pacífica, por allá a finales los años ochenta. De su paso por el litoral le quedaron tres paludismos que le restaron algunos días a su militancia cotidiana, pero que venció en cada oportunidad con la templanza de las mejores maderas del monte.
 
No faltó a ninguno de los congresos que suman los cuarenta y tres años de exigencia del CRIC.
 
Juan de Dios ha fallecido después de una vida ejemplar y humilde como la de sus compañeros de generación política.
 
El Cometa libertario de Paniquitá emprendió vuelo en este mes de los vientos y vuelos altos…
 
Elizabeth Castillo
Docente de la Universidad del Cauca