El heroico pueblo caucano entre la violencia estatal y la recomposición paramilitar

Desde hace tres meses en el norte del departamento del Cauca, se vienen presentando arduas confrontaciones entre el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, y las comunidades indígenas que alegan el no cumplimiento de los acuerdos firmados con el gobierno nacional en 1991; acuerdos que tenían como propósito devolver a estas comunidades las tierras que fueron quitadas en el marco de la masacre del Nilo, por los desplazamientos forzados, la violencia paramilitar y la apropiación por terratenientes.

Tierras que en este momento se encuentran en manos de las principales azucareras del Cauca, según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Debido a los extensos cultivos de caña de azúcar y pino que se vienen produciendo allí, las pocas zonas fértiles del departamento en la zona norte, han ido perdiendo su productividad.

Estas disputas que vienen de años atrás han dejado hasta hoy dos indígenas muertos y más de 70 personas heridas a manos de la represión policial. Voceros del gobierno nacional, han querido mostrar a los reclamantes indígenas y campesinos como invasoras de propiedad privada, roba tierras y violentos.

Cristóbal Guamanga, líder de la región, habló con el semanario VOZ y nos relató la situación. “Los indígenas vienen taponando la Panamericana por el sector de La Agustina entre Santander y Mondomo, al norte del departamento del Cauca, como manera de protesta por los incumplimientos. El trabajo de la recuperación de la Madre Tierra inició desde hace tres meses en las haciendas Miraflores y Granadita en el municipio de Corinto, principalmente. La realidad en esta parte, de la región es de tensión, la zona esta acordonada por el Ejército, los antimotines de la policía, muchos de ellos vestidos de civil. Se ha declarado la ley seca, hay toque de queda, se les ha prohibido a los menores caminar después de las tres de la tarde, y se les ha amenazado con ser detenidos si ´violan esa ley´”.

El sur del Cauca
La situación de tensión y violación de los derechos humanos, en el Departamento del Cauca no solo se refleja en la zona norte; en el sur, han sido denunciadas múltiples violaciones por parte de la fuerza pública.

En la vereda La Aplanada, corregimiento La Mesa en el Municipio de Patía, fueron detenidos por el Ejército Nacional el día primero de marzo, dos campesinos, entre ellos, un menor de edad. Cristóbal nos relata que: “bajan dos campesinos en una motocicleta, y la tropa del Ejército allí, les echa mano, luego se los llevaron y les toman las fotografías con artefactos explosivos, llaman los helicópteros y transportan a los campesinos para Popayán, acusándolos de todo”. La comunidad alega que estas acciones hacen parte de una práctica que ha venido realizando el Ejército Nacional con comunidades campesinas, indígenas y afros, y se ubican en los mal llamados “falsos positivos judiciales” de la región.

El canje humanitario
“La comunidad está en la juega”, dice Cristóbal Guamanga. La experiencia en estas situaciones y la necesidad de exigir el reconocimiento de los derechos ante el Estado y ante los organismos internacionales, ha hecho que las comunidades se organicen y sean veedoras de los mismos. Cristóbal menciona que “ellos, -la comunidad del Patía- vieron que se le llevaron dos campesinos, y reaccionaron ante la injusticia que se estaba cometiendo, y como están organizados en juntas comunales, se reunieron con los militares, alegaron la libertad de los campesinos, pero como los militares hicieron caso omiso, la comunidad detuvo a once de ellos y dos policías de civil. El Ejército simuló una balacera y la comunidad asustada dejó libre a los once militares, pero se llevaron a los dos policías de civil”.

Ante estos hechos se producen las denuncias a los organismos de derechos humanos, a la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes, Naciones Unidas, Gobernación del Cauca, con quienes se adelanta un proceso de canje entre los policías retenidos y los dos campesinos del Patía retenidos ilegalmente. VOZ obtuvo el acta del canje, donde se acuerda bajo diálogo, la materialización del mismo. Mientras tanto el proceso de investigación continuará, dado que la comunidad insiste en que estos hechos son parte de una continua creación de montajes judiciales por parte de la fuerza pública.

Grupos paramilitares arremeten
Dos días después del denominado canje humanitario, esa misma comunidad del Patía, es amenazada mediante panfleto firmado por “las águilas Negras”. Lizeth Montero, a nombre de la Red de Derechos Humanos Isaías Cifuentes, atendió el llamado de la comunidad de la vereda La Aplanada, donde se produjo la detención de los dos campesinos. Cristobal Guamanga denuncia que “esa situación se suma a las denuncias que se han presentado desde los pobladores rurales: hablamos de la existencia de retenes de grupos paramilitares que se vienen presentando a tan solo cinco minutos del puesto de control de la Fuerza de Tarea Conjunta Apolo y su base militar”. Igualmente menciona: “el patrullaje continuo de hombres armados, presuntos paramilitares en las haciendas La Emperatriz y en el municipio de Caloto. Y el asesinato de dos campesinos a mediados del mes de febrero los cuales había sido desaparecidos presuntamente por paramilitares”.

Por otra parte, el lunes 23 de febrero en el municipio de Suárez, corregimiento Los Robles, vereda Comedulce, cerca de las cuatro de la tarde, se denunció que dos militares de la Brigada Móvil No. 17 de la Fuerza de Tarea Conjunta Apolo, orgánica de la III División del Ejército Colombiano, quienes se encontraban acampando en estos linderos, iniciaron una ráfaga de disparos contra la humanidad del señor Eutiquio Censio, habitante y agricultor de estas tierras, en medio de su jornada diaria. Eutiquio Censio, se resguarda en la maleza y gracias a sus vecinos quienes intervinieron, lograron salvar su vida.

Finalmente voceros de la Comisión de Verificación del cese unilateral del fuego del Frente Amplio, en el Cauca, el pasado 2 de marzo, mostraron su preocupación por esta compleja situación, en la que la población civil, se presenta como la principal víctima.
Mientras por un lado se denuncia una fuerte presencia de Ejército, Policía y ESMAD que condicionan a la población con horas tránsito, formas de vestir etc., en zonas conocidas como Miraflores, Granadita, Quebrada Seca y García Arriba, se denuncia la circulación de panfletos emitidos por grupos paramilitares – Rastrojos y Águilas Negras – anunciando limpieza social y amenazando de manera directa a organizaciones y dirigentes. Quienes tildan a la comunidad y sus dirigentes de “roba tierras”.

por,  Carolina Tejada

Reflexión frente a los últimos acontecimientos del Norte del Cauca
Lucía Vásquez Celis M.Sc.

El déficit de acceso a tierras con ecosistemas aptos para la agricultura y la alimentación, es innegables en los territorios de los 19 resguardos y cabildos indígenas del Norte del Cauca, agrupados en la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca-ACIN. Si bien es cierto disponen de aproximadamente 150.075,45 has, tan solo 44.434,02 has, son aptas para usos agrícolas y/o agropecuarios, para producir alimentos, bienes y servicios para 110.000 habitantes (25.000 familias). Esto equivale a una disponibilidad real de 1,78Has/familia

 

Disponibilidad de tierra en los territorios indígenas del norte del cauca 2015 

   
usos área en hectáreas   

Zonas de reserva………………………1.250    
sistemas tul………………………………9.502.92    
monocultivos…………………………..15.442.94    
pastos……………………………………..22.488.16    
lomas con suelos no aptos para usos agricolas y/o agropecuarios 39.817,27
bosques……………………………………40.324    
paramos……………………………………20. 685.7    
guaduas, caña brava y carrizo…..564.16    
total…………………………………………..150.075,45

No obstante, y pese a que hay aún, innumerables retos que asumir, es innegable que los indígenas Nasa, han avanzado en la construcción de propuestas con resultados y metas que muestran pistas posibles para la construcción de alternativas territoriales con identidad cultural y respeto de la Madre Tierra. Aunque, aun, hay dificultades en cuanto a los niveles de sostenibilidad económica de los proyectos productivos y de transformación que son bajos, así como el reto de dinamizar una propuesta integral alimentaria y nutricional que articule desde la equidad de género y generacional, los procesos de  disponibilidad ↔ distribución ↔acceso↔consumo, la apuesta por una vida integral en armonía, el Wet Wet Finxe Nxi, orienta su camino y fundamenta también el ejercicio de reclamo por más tierra con ecosistemas aptos para la agricultura y la alimentación.

Los indígenas del Norte del Cauca, agrupados en la ACIN con todas las dificultades internas que puedan tener como las tiene cualquier proceso organizativo, y a pesar del déficit de tierra que justamente reclaman, han sido capaces de avanzar en concretar metas y resultados, que demuestran que no son ociosos y perezoso irrespetadores del derecho fundamental a la propiedad privada, sino que están en el ejercicio de sus derechos colectivos y territoriales, en la perspectiva del Wet Wet finxe nxi (Bien Estar naturaleza-gente-Espíritus).

Los indígenas Nasa, conservan la visión de Vida Integral como guía dinámica de su ser y desde dicho concepto aspiran construir su “desarrollo” que no es crecimiento económico y concentración, sino fundamentalmente un estado de equilibrio dinámico, de ARMONIA, entre los tres componentes que para ellos conforma la UNIDAD DE LA VIDA: – La Comunidad Natural, – La Comunidad Humana y – La Comunidad de los Espíritus, las cuales concebimos como interrelacionadas a partir del Diálogo y la Reciprocidad. Desde este su pensamiento ancestral, la comunidad natural goza de iguales condiciones y derechos que la humana, y por esto el concepto de explotación no se entroniza en esta relación, como si el concepto distinto de criar y dejarse criar, el DAR Y RECIBIR implícitos en el Wet Wet Finxe NXI.

Desde su apuesta por encima de procesos extractivos, privilegian Zonas alimentarias con Sistemas Agroalimentarios de producción diversificada, acordes a la estructura y funcionamiento de los ecosistemas naturales, la crianza de especies vegetales y animales, procesos de transformación con BPM y respetuosos de la Madre Tierra, infraestructura para acopio, algunas líneas para el mercado, trueque y mercado solidario. Buscan privilegiar la producción diversificada de alimentos fuentes de proteína, carbohidratos y vitaminas para atender la demanda nutricional de la comunidad y de manera complementaria la producción de líneas promisorias para el trueque y el mercado solidario intra e inter-resguardos y con sectores sociales y organizaciones de productores aliados en la óptica de desarrollo humano territorial.

Logros que nos muestran un proceso de construcción y no de obstrucción al desarrollo

HAN AVANZADO EN:     
Un diagnóstico ambiental y económico en cada resguardo y en un consolidado a nivel zonal, con el cual conocen el estado de los ecosistemas naturales, la situación de la autonomía alimentaria incluidos productos y sitios para el trueque de productos (con mapas) y la situación de cinco líneas productivas que han definido como estratégicas para avanzar en una propuesta de desarrollo territorial en solidaria inter e intra- resguardos y con otros sectores sociales, en el marco de la Minga por la Vida.    

– La protección de 4.990 nacimientos de agua de los cuales, 2.204 en buen estado con cobertura vegetal nativa, 2.786 en proceso de recuperación y nos falta intervenir en 3.717    

La recuperación de 920 kilómetros de cauces y quebradas, de los cuales. 528 kilómetros en buen estado con cobertura vegetal nativa, 392 km en proceso de recuperación y nos falta intervenir en 713 kilómetros.
    
La definición de la estructura de modelos de sistemas productivos para diferentes pisos climáticos

La recuperación de semillas y germoplasma nativo    

La producción de alimentos con 235.10 toneladas/año de carbohidratos y 1.719.25 toneladas/año de vitaminas

Lo que se evidencia entonces, no es un conflicto entre unos “indios atrasados” y otros seres inmaculados que quieren un desarrollo, sino el conflicto entre diferentes concepciones sobre lo que es y para qué es la vida. En un país plurietnica y multicultural y en la época republicana, hay que entender y asumir con el corazón que las expresiones diversas (biológicas y culturales) son las que le dan respetabilidad a la vida y la dinamizan.

Finalizo mi reflexión, citando lo que diversas organizaciones y pueblos del mundo y de Colombia por su puesto, expresan como su sueño de vida:
Reforma agraria integral adaptada a las condiciones regionales que permita a los campesinos e indígenas -considerando a las mujeres en igual de oportunidades- un acceso equitativo a los recursos productivos, principalmente tierra, agua y bosque, así como a los medios de producción, financiamiento, capacitación y fortalecimiento de sus capacidades de gestión e interlocución.    
Una verdadera reforma agraria integral que garantice a los campesinos plenos derechos sobre la tierra, defienda y recupere los territorios de los pueblos indígenas, garantice a las comunidades pesqueras el acceso y el control de las zonas de pesca y ecosistemas.

Reforma Agraria que revitalice la interdependencia entre productores y consumidores, garantice la supervivencia de la comunidad, la justicia económica y social, la sostenibilidad ecológica y el respeto por la autonomía local y la gobernanza con igualdad de derechos para las mujeres y los hombres; que garantice el derecho a los territorios y a la autodeterminación de los pueblos    
La Reforma Agraria, como una obligación del Estado, entendiendo que este proceso es necesario en el marco de los derechos humanos y como una eficiente política pública de erradicación de la pobreza. Dicho proceso de reforma agraria debe estar controlado por las organizaciones campesinas e indígenas y articulado con políticas agrícolas y comerciales coherentes
El ordenamiento y ocupación productiva del territorio, hacia la creación de zonas Agroalimentarias, lo cual implica, la reglamentación de la Ley Marco de Ordenamiento Territorial, hacia la constitución de Territorios Autónomos Indígenas, zonas de Reservas Campesinas, zonas agroalimentarias de economía campesina y en territorios colectivos de comunidades afrodescendientes.

Encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y de pesca para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras locales.

Poner a quienes producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas, e incluir a las futuras generaciones.

Dar prioridad a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los indígenas, campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, y de coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica.

Promover el comercio transparente y solidario, que garantice ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición.

Garantizar los derechos de acceso y gestión de la tierra, de los territorios, aguas, semillas, y la biodiversidad

Nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.

Reconocer, valorar y respetar la diversidad culturas, conocimiento, alimentación, tradiciones y modos de organización. “Nos organizamos y nos expresamos”

Compartir los territorios en paz y de manera justa entre pueblos, campesinos, comunidades indígenas, pescadores artesanales, pastores nómadas u otros;

Una agricultura con campesinos, indígenas y comunidades pesqueras, vinculada al territorio; prioritariamente orientada a la satisfacción de las necesidades de los mercados locales y nacionales; una agricultura que tome como preocupación central al ser humano; que preserve, valore y fomente la multifuncionalidad de los modos campesinos e indígenas de producción y gestión del territorio rural.

El reconocimiento y valorización de las ventajas económicas, sociales, ambientales y culturales de la agricultura en pequeña escala, de las agriculturas familiares, de las agriculturas campesinas e indígenas

El reconocimiento a la multietnicidad y el reconocimiento y valorización de las identidades de los pueblos originarios. Esto implica, además, el reconocimiento al control autónomo de sus territorios, recursos naturales, sistemas de producción y gestión del espacio rural, semillas, conocimientos y formas organizativas.

La garantía al acceso a una alimentación sana y suficiente para todas las personas, principalmente para los sectores más vulnerables, como obligación ineludible del Estado y el ejercicio pleno de derechos de la ciudadanía.
El acceso a la alimentación no debe ser considerada como una compensación asistencialista del gobierno o una caridad de entidades públicas o privadas, nacionales o internacionales.

La adopción por las Naciones Unidas de una Convención Mundial de Autonomía y Soberanía Alimentaria y Bienestar Nutricional, a la cual se subordinen las decisiones tomadas en los campos de comercio internacional y otros dominios en defensa del principio del derecho inalienable de los pueblos a la alimentación.

La creación de un nuevo orden democrático y transparente para regular el comercio internacional que incluya la creación de una corte internacional de apelación independiente de la OMC y el fortalecimiento de la UNCTAD como espacio de negociaciones multilaterales en torno

Impulsar esquemas de integración regional desde las organizaciones de productores, fuera de los objetivos y parámetros neoliberales.

 

Comité de Solidaridad CUT Valle
Voz- marzo. 13-2015

 

La verdadera causa de la movilización indigena en el Cauca (Entrevista a Feliciano Valencia)