Desde hace más de 70 años, las familias del Pueblo Nasa poco conocían del factor dinero o papel moneda, épocas no muy antiguas donde las familias practicaban “la minga”, que consistía en realizar un trabajo con la participación de toda la comunidad. Las actividades de trabajo siempre la convoca una familia, que días antes preparaban la chicha de caña (bebida fermentada), pelaban el maíz para el mote, buscaban la leña, recolectaban el revuelto y pelaban la res o el marrano (cerdo) para  la actividad. El día del trabajo  las familias  participantes como pago recibían  bastante almuerzo y mucha carne, era tanto almuerzo que un  plato normal de los existe ahora no sería suficiente. Al final se tomaban la chicha, y el que se quería quedar un poco más lo hacían y entre mujeres y hombres formaban la integración.

 

En la actualidad, la minga continúan con algunas diferencias, no hay chicha ni dan mucha carne, pero aun así la unidad se ve reflejada igual que antes. Es así que el día 25 de enero la comunidad de Huellas del municipio de Caloto convoco a una minga  que consistió en cortar la caña de los gamonales cultivadas  en tierras anteriormente de nuestros mayores y mayoras. 
 
Al llamado de la minga asistió la comunidad de Corinto quienes  liberaran la Madre Tierra en cuatro fincas sobre la parte plana, también se sumó la comunidad de López Adentro quienes  liberan  la finca La Albania y la comunidad de Quita Pereza del resguardo de Munchique los Tigres del municipio de Santander  de Quilichao,  quienes luchan contra un  botadero de basura del municipio, que anteriormente los despojo y ahora contaminan sus alrededores por el mal manejo de los residuos sólidos y lixiviados que caen a los humedales.  
 
El trabajo se realizó en la finca La Emperatriz y Canaima donde participaron  aproximadamente mil personas de las diferentes veredas del resguardo anfitrión y comunidad visitante de los resguardos anteriormente mencionados. 
Con machetes bien afilados, cachuas y sombreros para cubrirse del ardiente sol, los niños hombres y mujeres divididos en varios grupos iniciaron el trabajo de la tumbada de la caña, matas sembradas no solo con el fin de producir azúcar para la canasta familiar de los colombianos, si no que  para producir bioetanol  para mezclarlo  con la gasolina y alimentar los automóviles hambrientos.
 
Mientras los mingueros rozaban la caña, algunas mujeres en la cocina se apuraban; pelaban la yuca, el plátano, la papa y tasajeaban la carne, como refrescante prepararon agua de panela con limón para calmar la  sed  que produjo  el ardiente sol del  mediodía.
 
La comunidad mientras trabajaban comentaban, que en ese día habían corrido con suerte,  puesto que no  hubo arremetidas por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios Esmad, ni el resto de la fuerzas represoras. Ellos dicen que así se trabajan más tranquilo, dado el hecho que desde el 5 de marzo del 2015, cuando entraron en la finca La Emperatriz, fueron reprimidos constante mente con bombas lacrimógenas, recalzados y hasta con armas de fuego.
 
Cuentan, que no es la primera ni la última minga, que vendrán muchos más trabajos, que hay que seguir de largo la liberación de la Madre Tierra; todas estas acciones  en honor a los caídos en la lucha; entre ellos recuerdan la muerte de Siberston  Guillermo Paví Ramos herido 10 de abril de 2015 por un  impacto de bala disparado desde las trincheras  del ESMAD, en la finca La Emperatriz y que minutos más tardes falleció en el Hospital Francisco de Paula Santander.
 
A  la una de la tarde, la  gente empezó a salir por los diferentes caminos, en filas como hormigas arrieras llegaron al sito del almuerzo, bebieron su agua refrescante y pasaron a recibir el sancocho con carne. Después del almuerzo se hizo una pequeña conversa con las y los liberadores que venían de lo otros sitos de liberación, donde todos coincidieron que las mingas para defender la tierra deben continuar, uniendo fuerzas con indígenas  campesinos y afrodescendientes.
 
 Por ultimo un mayorcito de 74 años –dice- la tierra no crese pero  la gente sí, hay que dar esa resistencia primero para conseguir la tierra y  lo demás lo conseguimos después. Ojala los jóvenes pongan esa participación seriamente, para que ellos mismos tengan sus tierra. 
 
Continua diciendo “que hay que cuidar el  agua, donde nosotros vivimos es montaña, le estamos diciendo a la juventudes que bajen a las tierras plana para conservar las  fuentes  hídricas que  hay en la parte altas”.