Asamblea 126 del Proyecto de Jambaló. “No se trata de seguir haciendo mandatos, se trata de cumplir lo que ya existen”, con este pensamiento como referencia se desarrolló la asamblea número 126 del Proyecto Global, con un enfoque de autocrítica. Participaron 1.680 personas entre profesores, estudiantes, mayores, jóvenes, niños, guardias, cabildantes, programas del Proyecto Global y los músicos del resguardo. Todos congregados en la vereda el Tablón, zona media del resguardo indígena de Jambaló.

 
Partiendo de un análisis sobre la dependencia en nuestras comunidades y la debilidad de nuestra autonomía y soberanía, en los campos de la salud, educación, y economía propia se orientó la temática que se trataría durante toda la asamblea. El Tejido de Comunicación recogió las expresiones de la comunidad jambalueña, que a continuación presentamos.
 
 
Para entender la problemática de la crisis de identidad, de gobernabilidad y de autonomía, se partió del análisis que hizo la comunidad sobre la manera en que se ha dejado de sembrar comida y cada vez las familias dependen de los alimentos de afuera: “El resguardo ha tenido ciertos avances en el tema de gestión económica para atender necesidades de la comunidad, que por cierto han servido para mitigar algunas necesidades en las comunidades pero no ha sido la solución definitiva para tantos problemas sociales que se genera en las comunidades. Es así que los recursos que llegan han generado dependencia, la dependencia se han asentado en las comunidades a través de programas por los cuales las familias hemos dejado de cultivar la tierra para alimentar a nuestros hijos, como lo hacían los mayores”.
 
En la comunidad de Jambaló no se puede decir que actualmente hay autonomía alimentaria como resguardo y como familias, no podemos decir que producimos nuestra propia comida. “Todos saben que las chivas, todos los días de la semana, suben repletas de productos que se dan en la parcela, que se han dejado de sembrar porque hay plata para comprar”.
 
Últimamente se ha utilizado la expresión “la chiva del Plan de Vida” para referirse al proceso que éste ha caminado. Siguiendo el sentido de esta expresión es muy propicio preguntarse ¿en cuál chiva vamos andando, en la chiva  de la autonomía y la soberanía o en la chiva de la dependencia? Recordando los inicios del Proyecto Global parece que andamos en la chiva equivocada, tal vez la mayoría no se dio cuenta en qué momento cambió la ruta. “Para respondernos a esto habría que recordar los inicios del Proyecto Global en el año 1986, antes se analizaban las cuestiones viendo la cara buena y la cara mala del Plan de vida. En esos tiempos no se previó que los recursos económicos y partidos políticos repercutirían hoy como la cara mala de nuestro proceso. Nos olvidamos de la cara buena: ser autónomos, acompañar las veredas, y fortalecer el wët wët fxizenxi – el buen vivir, que las familias tengan un terreno que cultivar y pueda comer de los productos de la huerta Tul, aportando a la buena salud, y a una buena educación”. 
 
Por esta razón, la coordinadora del Proyecto Global, Flor Ilba Troches, dijo durante la asamblea que ahora: “no se trata de seguir haciendo mandatos, se trata de cumplir con los que ya existen, revisando los núcleos y programas y esculcando cuales han sido las debilidades que nos han desviado de nuestro camino”.
 
Por ejemplo ¿Cuántos recursos económicos llegan al resguardo y cuántos se van? Es una de las preguntas que se hace a la comunidad: “Analizando que estos recursos salen fácilmente de nuestros bolsillos ya que todo lo compramos y es casi nada lo que producimos como resguardo y en la mayoría de las familias. Es así que se planteó que todos los productos que lleguen a la canasta estudiantil para los colegios, escuelas, Bienestar Familiar y otras asistencias gubernamentales, se pueden suplir con nuestros propios productos que se dan en nuestro territorio, como un primer pasa para recuperar la economía propia de las familia y en los trabajos comunitarios”.
 
Para el trabajo en comisiones durante la asamblea se conformaron 6 grupos de tal manera que en cada uno haya gente de diferentes veredas, así como estudiantes de las diferentes instituciones y zonas. Las preguntas que se formularon para estas comisiones fueron: ¿Qué tipo de economía teníamos antes?, ¿Qué tipo economía tenemos hoy?, ¿Cuál sería el tipo de economía que necesitamos y queremos, para el Plan de Vida personal, familiar y comunitario? A continuación se presenta el balance en plenaria de lo que la comunidad trabajó en las comisiones:
 
Para responder la primera pregunta sobre la economía de antes, había que recordar el tiempo de los mayores cuya economía era totalmente autónoma. “Se sembraba grandes cantidades de maíz y frijol, en medio de estos cultivos sembraban zapallo y mejicano y en la orillas de estos cultivos sembraban el frijol cacha (frijol silvestre). Para limpiezas de estas grandes plantaciones de cultivo se trabajaba en minga con la comunidad que participaba sin recibir ningún pago más que una gran cantidad de comida con suficiente carne. Las grandes cosechas de maíz y frijol alcanzaban para alimentar a una familia hasta la siguiente cosecha, para la cual seleccionaban las mejores semillas”. 
 
“Los otros productos que se sembraban eran la caña, plátano, yuca, coles y otras verduras. También se criaban animales de especies menores como gallinas, patos, bimbos, y cerdos. Además criaban el ganado, ovejos y chivos que eran los que sacrificaban para trabajar en las mingas”. 
 
Sobre la segunda pregunta ¿qué tipo de economía tenemos hoy? Aunque a muchas personas dentro de las comisiones les cuesta hablar abiertamente de las dificultades actuales, fueron ellas las que platearon que: “Hoy vivimos de la dependencia con los programas que ha dado el gobierno, que se cultiva muy poco, hay desnutrición en los niños y muchos problemas de salud. Además a las nuevas generaciones no se les está enseñado a cultivar la tierra. Algunos padres piensan que el estudio de sus hijos es para que consigan un trabajo en la ciudad sin tener en cuenta que están repitiendo la historia: llevando a sus hijos a que sean obreros y esclavos como si no hubiera tierra pa´ trabajar, privilegio que no tuvieron quienes recuperaron las tierras en su momento”.  
 
Otra de las economías que hoy perjudica gravemente es el narcotráfico. “La coca y la marihuana que se cultiva, como en la zona baja de Jambaló, es aún más grave porque no sólo significa la dependencia de dinero como tal, sino dinero sucio y fácil. Aquí ni siquiera preocupa una vida sana con alimentos propios o dinero para comprarlos, aquí es el dinero por el dinero, para el derroche y los lujos vanos”.
 
Además que las plantaciones de los cultivos ilícitos han traído nuevos problemas a la comunidad como son los problemas familiares por el descontrol en los festivales, que en tal contexto, promueven los excesos con el alcohol, el consumo de sustancias psicoactivas en los jóvenes, crea nuevos adictos hasta llegar a las instituciones educativas. “La comunidad  cuestiona que el dinero que llega fácil, se va fácil”.
 
Una de las economías propias es la de los trabajos comunitarios asociaciones y programas asociados que lastimosamente no han tenido gran avance. Se han opacado ante el gran comercio capitalista, tanto así que una maquina de trilladora de trigo en la zona alta y una procesadora de café en la zona baja se encuentran sin funcionamiento por falta de un buen método de capacitación e interés de las mismas comunidades y del programa agroambiental de Jambaló.
 
En este punto también se debe tener en cuenta que en la zona baja de Jambaló ha crecido la población por lo cual hace falta tierras donde los jóvenes puedan formar su parcela y criar animales, aunque de manera tecnificada y con menor espacio ya que ya no se puede hacer como antes hacían los mayores a campo abierto.
 
Sobre la economía que queremos como plan de vida, familiar y personal, tercera pregunta, la comunidad planteo como propuestas para desarrollar durante los siguientes años. La primera es sacar un rubro destinado para comprar maíz, en los centros de acopios, fortalecimiento de los trabajos comunitarios. Se busca que se compartan las experiencias de las cooperativas que hayan tenido avances y experiencia como la cooperativa Zumbico y otras capacitaciones. Igualmente mejorar las máquinas de procesamiento de café y trigo; capacitación para procesar los productos que se dan en el resguardo. Como propuesta general es fortalecer el comercio interno en Jambaló, generando excedentes vendiendo nuestros propios productos a los restaurantes escolares, hogares infantiles entre otras entidades que existen en nuestro resguardo.
 
Como economía familiar se propone que se retomen las huertas Tul para que la familia tenga los alimentos básicos en su huerta. Que el dinero que tengan las familias sea para comprar sólo lo que no pueden producir, “si comemos lo que sembramos aportaremos a una buena salud e implementaremos una mejor educación”. Para motivar se propuso que los profesores y quienes laboren dentro de la estructura del cabildo empiecen dando el ejemplo a toda la comunidad, adecuando todos, sus huertas.
 
Los sueños de la comunidad son sencillos y valiosos al mismo tiempo. Así como el simple hecho de querer desayunar algo rico y sano exige tener la tierra y cultivarla, “porque nosotros somos lo que comemos, por eso no hay que comer cualquier cosa porque nuestro cuerpo no es cualquier cosa”, decía una comunera, palabras aparentemente sencillas pero con mucha razón.
 
Así, la comunidad vio que son necesarios los cuestionamientos, la autocrítica para construir los sueños de la comunidad y retomar la chiva del plan de vida. Flor Ilba Troches coordinadora del Proyecto Global, cuenta que: “En algunas asambleas se ha visto poca participación, pero esto ha ayudado a que como indígenas renovemos las energías para seguir trabajando el Plan de Vida con nuevas ideas, esa es la razón por el cual la asamblea número 126 ha tenido buena participación”.
 
Por: Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida